jueves, 30 de agosto de 2012

El Athletic tiene un agujero negro que le devora

La defensa del Athletic da miedo. Jueguen unos o jueguen otros, el sistema de contención del equipo no hay por dónde cogerlo. Se pongan como se pongan, no es de recibo que un equipo como el HJK te marque tres goles, todos en jugadas de risa, por no ponernos dramáticos. Vaya por delante que en ningún caso el Athletic mereció encajar tanto, ni regresar a Bilbao con otro resultado que no fuera otra goleada a favor. Tuvo balón, juego y ocasiones de sobra para laminar a su rival como hace siete días en San Mamés y sin embargo se tuvo que conformar con un empate después de ir a remolque en el marcador durante todo el partido. Es difícil entendender qué sucedió a lo largo de los noventa minutos para que las cosas fueran así. A grandes rasgos, ocurrió que el Athletic jugó más que aceptablemente en el terreno que comprende desde la línea frontal de un área, hasta la frontal del área contraria, pero que falló lo que no está en los escritos en las dos zonas calientes del campo. Arriba, dilapidando ocasiones y llegadas fáciles, culminando acciones fáciles con una desidia impropia de un profesional. Atrás dando una serie de facilidades a un rival que ni en sus mejores sueños hubiera imaginado no ya marcarle tres goles al Athletic, sino ni siquiera llegar tres veces al área contraria.
Es verdad que la alineación que presentó Marcelo Bielsa era algo así como uno de esos experimentos que suelen hacer los entrenadores algunos días entre semana contra equipos vecinos de Segunda B o de Tercera. El Athletic formó a lo largo del partido con una tropa de meritorios, lesionados recién salidos de la convalecencia y futbolistas sometidos a observación. Castillo, por ejemplo, tuvo noventa minutos para demostrarle al entrenador que el lateral izquierdo puede dejar de ser el solar que estamos viendo este comienzo de temporada y Ekiza tuvo también oportunidad de reivindicarse ahora que hay menos elementos para ocupar el centro de la defensa. Habría que preguntar al mister qué opina al respecto; o mejor, lo interpretaremos a partir de sus próximas decisiones.
A pesar del aire de entrenamiento con el que encaró el Athletic el partido, su superioridad sobre el equipo finlandés es tan abrumadora que, casi sin proponérselo, los rojiblancos dispusieron de tres o cuatro llegadas claras para remachar el clavo de la goleada del primer partido. Sin embargo fue Schüller quien marcó el primer gol rematando completamente solo al borde del área pequeña la primera vez que tres finlandeses consiguieron pisar el área de Raúl con el balón en su poder. La defensa que hicieron en esa jugada Iturraspe, Ekiza y San José, con la colaboración de De Marcos y ante la somnolienta mirada de Muniain fue... indescriptible, por no emplear un calificativo más preciso e hiriente.
Fue increíble que el partido llegara al descanso con ventaja finlandesa pero el despropósito alcanzó proporciones delirantes cuando los locales lograron su segundo gol. Bielsa, tan aficionado a los videos, tiene material en esa jugada como para dictar un curso de verano y para achicharrar de paso a San José con su célebre láser verde.
Lo de este chico, San José, merece un aparte. Fue él quien consiguió el primer gol del Athletic rematando en el segundo palo un saque de falta de Ibai. Lleva tres goles en su cuenta, casi tantos como los errores que ha cometido en su propia área provocando la sangría que está padeciendo el Athletic. Estamos ante un futbolista con apreciables capacidades técnicas a la hora de sacar el balón jugado o de dar un pase en condiciones; ante un central muy potente en el área contraria, pero ahora mismo, tenemos un defensa lento, con cintura de hormigón al que desborda un juvenil en cuanto le sacan del corazón del área y le obligan a defender en espacios más abiertos. A lo mejor Bielsa le tiene que dar una vuelta a la ubicación de San José en el campo o diseñar un sistema que le permita jugar más arropado.
Y es que otro de los puntos negros de la defensa del Athletic lo constituyen las constantes cesiones de segundos remates al borde del área por el vacío que se crea en esa zona entre una línea defensiva clavada en el punto de penalti y unos centrocampistas descolgados. La consigna más elemental del fútbol actual, jugar muy juntos, no se cumple en el Athletic. Por ahí vinieron el segundo y el tercer gol de los finlandeses. En el segundo salió San José al borde del área tarde, mal y en desventaja; en el tercero se quedó clavado anulando el fuera de juego que reclamaba Castillo del jugador que estaba marcando.
Son situaciones que ya se daban el año pasado y que se terminaron corrigiendo gracias a la solidez que acabó demostrando el triángulo Javi Martínez, Amorebieta, Iturraspe. Ahora faltan dos de los lados de ese triángulo y se nota, vaya si se nota.
Son tan flojos los finlandeses que el Athletic tuvo tiempo de adecentar el resultado en un par de jugadas a balón parado y hasta pudo ganar en los últimos minutos, pero en este caso eso es lo de menos. Era uno de esos partidos en los que no hay nada que ganar y bastante que perder y el Athletic perdió varias cosas pese al empate en el marcador. Perdió imagen y perdió, más si cabe, confianza en sus zagueros. Tampoco puede decirse que mejorara mucho en el juego ofensivo pese a que el hecho de marcar tres goles en campo contrario pueda decir otra cosa. Con la producción ofensiva del Athletic, un equipo con un delantero un poco despierto o con un par de centrocampistas con puntería y ganas hubiera vuelto loco al encargado del marcador.
Pero el Athletic tiene un agujero negro en su defensa que devora y hace desaparecer a todo el equipo. Es un problema muy serio y provoca además una injusticia con un grupo de jugadores que a pesar de los pesares, sigue teniendo argumentos más que suficientes para que las cosas le funcionen de otra manera. Pero mientras Bielsa y los futbolistas directamente concernidos no acierten a taponar ese agujero, el Athletic correrá siempre el riesgo de irse por el sumidero en cualquier momento del partido.
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El Athletic tiene una gran oportunidad
para sacar a relucir su identidad

A la espera de la rueda de prensa anunciada por Josu Urrutia para el próximo lunes, tenemos por delante unos cuantos días de rumores y especulaciones sin cuento. Los cuarenta millones de euros que ha aportado la salida de Javi Martínez animan al personal al fantasear sobre el destino de tanto dinero. Es el sino de estos tiempos de fútbol mercantilizado en el que las plantillas de los equipos se diseñan en buena medida en los despachos de los intermediarios. Nada más fácil hoy en día que hacer dinero moviendo futbolistas de aquí para allá. Incluso en lo más crudo de la crisis económica no falta quien esté dispuesto a gastarse una millonada en darse un capricho. Es cierto que el movimiento en el fútbol español ha sido escasísimo. Solo la llegada a última hora de Modric y Song al Real Madrid y al Barcelona ha animado un mercado en el que solo se había registrado el pase de Jordi Alba del Valencia al Barcelona. Pero si el mercado español está de capa caída, ahí siguen los ingleses y los alemanes para acudir al rescate de los agentes y los representantes, ávidos de cerrar operaciones que les reporten el diez por cien de comisión.
La operación de Javi Martínez ha sido el bombazo del verano a nivel continental. Desde Bilbao no se comprende qué ha vendido el Bayern a sus seguidores, pero mucho tendrá que jugar Javi Martínez para que la mentalidad alemana entienda el dispendio. El de Aiegi tiene mucho fútbol, pero no parece que ésta vaya a ser la mejor temporada para que lo saque a relucir después de un verano con Eurocopa y Juegos Olímpicos.
Pero Javi Martínez ya es historia en el Athletic. La actualidad rojiblanca pasa ahora por analizar cómo queda la plantilla de que dispone Bielsa, pendientes todavía del futuro de Llorente. Y la primera reacción de la hinchada, muy humana por otra parte, parece que está siendo la de especular sobre la identidad de los jugadores que se pueden incorporar a la disciplina rojiblanca ahora que la caja está aparentemente rebosante.
Vender y comprar, comprar y vender, es la dinámica en la que están metidos todos los equipos de fútbol, pero ¿no habíamos quedado en que el Athletic es diferente?. No lo parece a juzgar por lo que se lee y escucha por ahí. Si se obvia el nombre del club, podríamos estar hablando del Valencia o del Oviedo. Tenemos cuarenta millones, vamos a gastarlos.
Lo exiguo del mercado en el que se mueve el Athletic facilita las cosas a los especuladores en los dos sentidos del término, o sea a los que especulan con el nombre que pudiera ser elegido y a los que especulan en el mercado incrementando artificialmente el valor de su producto. Todo el mundo sabe que los futbolistas susceptibles de recalar en el Athletic son habas contadas, así que no hay que esforzarse mucho en hacer la lista. Lo que casi nadie se plantea es si en realidad es necesario hacer esa lista.
Esto es fútbol, lo que casi equivale a decir que todo vale. Por ejemplo, vale que los que hasta ayer se mesaban los cabellos porque el Bayern se lleva un jugador del Athletic por la fuerza de sus millones, se relaman ahora pensando con qué futbolista puede hacer lo mismo el club rojiblanco, y son los seguidores de otros clubes los que ven a los de Ibaigane con los mismos cuernos y rabo que desde Bilbao se veía a la gente de Munich.
Monreal, Beñat, Mikel Rico... y casi media Real Sociedad están en los papeles y en las tertulias. Nadie del Athletic ha pronunciado un solo nombre, ni ha demostrado interés salvo algún comentario puntual sobre la calidad de éste o de aquel. Pero eso es lo de menos. Unos que no sabían como colocar el producto dicen ahora que nunca estuvo en venta; otros proclaman amor eterno a quien les paga mientras recuerdan el precio de su cláusula a modo de etiqueta PVP.
Si se toma el discurso de Josu Urrutia en su última rueda de prensa, aquella en la que anunció la decisión de Llorente de no renovar, como la exposición de las líneas maestras de lo que esta directiva entiende que debe ser el Athletic, solo cabe deducir que el club rojiblanco procederá de una forma muy distinta a como apunta la voz de la calle, lo que quiere decir que en materia de fichajes estaríamos hablando de uno...o de ninguno.
Para empezar en el mercado no hay nadie que pueda interpretar el papel que jugaba Javi Martínez en el equipo, así que no hay sustitución posible. Reforzar el grupo en otras posiciones requiere otro análisis que pasa por conocer a qué dos puestos en concreto se refería Bielsa cuando dijo que había pedido esos dos refuerzos, que ni Aduriz ni Ismael López cubrían. Como el técnico no dio más pistas, todo lo que se pueda decir depende de la imaginación de cada uno. Habrá que analizar también, por qué el club no respondió en su momento a lo solicitado por el técnico, si fue por cuestión de precio, de disponibilidad o de cualquier otro factor, entre los que no cabe descartar que los responsables técnicos entiendan que Lezama puede cubrir esas necesidades a corto plazo.
No se observan, como pudo ocurrir en su día en el caso del propio Javi Martínez, promesas que merezcan la pena de hacer un esfuezo económico importante, ni jugadores de rendimiento inmediato que mejoren ostensiblemente lo que el Athletic ya tiene en plantilla y en Lezama. La desazón que ha provocado el mal arranque liguero puede distorsionar la imagen del equipo hasta el extremo de ver necesidades perentorias donde solo hay carencias momentáneas producto de circunstancias puntuales.
El Athletic está ahora mismo ante una excelente oportunidad de sacar a relucir su identidad, de demostrar que es un club con personalidad propia, capaz de tomar decisiones arriesgadas que a algunos les pueden parecer contracorriente. Un vistazo a la alineación y a la convocatoria que presenta esta tarde Bielsa debe bastar para ver las cosas de otro modo. A nadie se le oculta que el equipo ha perdido músculo y solidez defensiva con la salida de Javi Martínez, pero no ha ocurrido nada que no sea irremediable ni que no haya pasado otras veces. Se trata de confiar en lo propio, de transformar la necesidad en fortaleza. Si el Athletic quiere jugadores comprometidos, debe comprometerse con sus jugadores.

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miércoles, 29 de agosto de 2012

La cantera del Athletic se luce
en el escaparate de la Next Gen

En estos tiempos convulsos que está sufriendo el Athletic reconforta el encuentro con el fútbol de base, ese en el que todavía la ilusión supera al pragmatismo, el fútbol en el que jugar es más importante que cobrar, donde se celebran los goles como una fiesta solidaria de abrazos compartidos y no con gestos estupidos que solo pretenden subrayar el ego del autor de la monería. Mientras alguno emulaba el modo de utilizar el paraguas de las estrellitas del pop en los aeropuertos o de los delincuentes a las puertas de los juzgados, un puñado de chavales protagonizaron la tarde del martes en San Mamés una bonita fiesta del fútbol.
El Athletic debutó a lo grande en la Next Gen goleando al Olympiacos en un partido que los rojiblancos dominaron de cabo a rabo. No está mal entrar pisando fuerte en la que se conoce como la Champions League de las canteras europeas. El primer partido suele plantear una especial dificultad y los dirigidos por Larrazabal y Murua lo resolvieron con mucha solvencia. Guillermo abrió el marcador a los veintisiete minutos transformando un penalti claro cometido por el portero. El gol reflejaba en el marcador el dominio territorial que ejercieron los rojiblancos sobre un Olympiacos que lo fio todo al contrataque y a la mayor presencia física de sus jugadores, menos dotados técnicamente que los cachorros.
Los dos cambios que hizo el técnico griego en el descanso buscando más poder atacante, desestabilizaron su sistema defensivo, lo que facilitó que el juvenil Jurgi Oteo ampliara el marcador en el minuto 49 culminando una bonita combinación. Bengoa y Gorka Santamaría establecieron después el marcador definitivo a medida que el partido entraba en una fase de cierto desconcierto por los numerosos cambios que efectuaron los dos banquillos.
Se promociona la Next Gen como la Champions League que agrupa a las mejores escuelas de fútbol europeas, y lo cierto es que si atendemos a los nombres de los participantes dificilmente podremos encontrar una nómina más ilustre. En esta competición está la aristocracia del fútbol europeo y que el Athletic se incluya en la lista es, sin duda, una gran noticia.
Otra cosa que habrá que analizar a su debido tiempo es la gestión que se haga de una competición que mantiene una peculiaridad que no es extraña al fútbol base y que el Athletic, sin ir más lejos, practica con asiduidad a lo largo de todo el año en sus categorías de base. Se trata de ir formando equipos específicos para afrontar determinadas competiciones, sin que estos grupos tengan una continuidad a lo largo del curso. Es habitual que el Athletic reuna jugadores de diversas escuelas para formar un equipo que compita en un torneo de Navidad o de Semana Santa, por ejemplo, o que refunda dos juveniles para acudir a un torneo internacional. Eso también forma parte de la gestión de la cantera en su faceta de ir contrastando el rendimiento de los jugadores en circunstancias diversas.
El equipo que presenta Lezama en la Next Gen está formado por futbolistas procedentes del Bilbao Athletic, el Basconia y el Juvenil. En la alineación inicial del partido del debut formaron seis jugadores del Basconia, tres del Juvenil y dos del Bilbao Athletic, el delantero centro Guillermo y el defensa central Aymeric Laporte, todos, obviamente por debajo del límite de los nacidos en 1993. En el banquillo se sentaron cinco juveniles y dos del Basconia, que también tuvieron sus minutos en la segunda parte.
Estamos por lo tanto ante un equipo de aluvión, sin más continuidad a lo largo del año que la de sus citas internacionales. Es absurdo, por lo tanto, esperar el mismo rendimiento que cabría exigir a un grupo que compita con regularidad. Faltan los automatismos y la compenetración que solo se consiguen con la práctica habitual, pero estamos en una competición sub-19 y se supone que todos los rivales estarán en condiciones similares.
No hay duda de que competir en un Torneo de estas características da lustre a los participantes y aporta a los jugadores una experiencia que sin duda agradecerán con el tiempo. Pero el trabajo de cantera, por definición, tiene que ser un trabajo en la sombra, lo más alejado posible de los focos; el brillo ya llegará más adelante. Lo más importante de todo esto es que tres de los jugadores que participaron en el partido contra el Olympiacos, el portero Kepa Arrizabalaga, el defensa Markel Etxeberria y el delantero Aitor Seguin se han incorporado hoy a la concentración del Athletic que espera en Helsinki su partido ante el HJK. Esa es la verdad del Athletic, el cemento que mantiene fuerte el edificio rojiblanco frente a sacudidas como las que está sufriendo este verano.
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martes, 28 de agosto de 2012

La suma de errores individuales provoca
el desastre colectivo del Athletic

Se empeñan algunos en pintar al Athletic como un colectivo en estado de shock y en achacar a una parte de lo ocurrido durante este largo y cálido verano todos los males que ha sufrido el equipo en el arranque liguero. Puede tener su influencia, claro, el asunto de las deserciones de dos de los jugadores más importantes y lo complicado que está siendo el desarrollo de este tema, pero da la impresión de que son otras de las cosas que han ocurrido este verano las que están haciendo mucho más daño al Athletic.
La cuestión de las salidas de Llorente y Javi Martínez pudo tener su influencia en la primera media hora del partido contra el Betis. El equipo se encontraba con su público por primera vez después de todo el lío y saltó al campo con cara de preocupación y ansiedad. Se le pasó en media hora y después rindió más o menos conforme a lo que se esperaba de él. En el Manzanares no había motivo para seguir guardando las ausencias, que decían las novias antiguas cuando su amado se embarcaba para meses. El Athletic ya había superado el primer trago, se había dado un homenaje ante aquellos finlandeses y el partido pintaba de otra forma, difícil, como siempre en el Manzanares, pero nada que no fuera normal.
Sin embargo, la catástrofe fue aún mayor que el día del Betis; en el marcador y sobre el césped. Es demasiado simplista achacar la debacle solo a un estado mental.
Hubo paralelismos entre ambos partidos. Por ejemplo, una salida aseadita acabó arruinada por un error individual que a su vez hundió en la miseria al equivocado. Ante el Betis la absurda pérdida de balón de Iturraspe que provocó el primer gol llevó al centrocampista a la caseta después de completar los peores veinte minutos de su vida. Frente al Atlético, después de casi veinte minutos de estar en el campo con cierto decoro, un error de marcaje de San José imperdonable hasta para un infantil, provocó el primer gol, y llevó al central a una pérdida de confianza que le dejó en el vestuario en el descanso.
En estos tiempos de estadísticas y datos se comentan mucho los nueve goles que ha encajado el Athletic en estos dos partidos. La cifra, que dice mucho, diría más si se acompañara del consiguiente análisis. El Athletic está jugando con tan solo uno de sus titulares del año pasado en la defensa: Iraola. Faltan Amorebieta, Javi Martínez y Aurtenetxe. Les sustituyen Gurpegui, un centrocampista reconvertido tras todo un año parado por lesión; San José, un jugador que desde que regresó del Liverpool nunca ha tenido continuidad y que llegó a asomarse a las alineaciones gracias a una plaga de lesiones de compañeros, e Iñigo Pérez, un lateral improvisado al que le faltan muchas cosas para rendir en ese puesto. Las únicas alternativas a mano para el técnico son Ekiza, cuya hoja de servicios se limita a cuarenta y dos partidos en dos años en Primera División, o recurrir al Bilbao Athletic.
Faltan pues los dos centrales titulares: uno porque se quiere ir y el otro porque prefirió jugar en mayo con Venezuela a pesar de estar arrastrando un serio problema de pubis y postponer su intervención quirúrgica para después del verano perdiendo un mes precioso de recuperación.
También se puede recordar el largo y cálido verano cuando se echa un vistazo al centro del campo y se observa su composición y rendimiento ante el Atlético de Madrid. Muniain en el banquillo, renqueante después de su participación en los JJOO y la alteración de su tiempo de descanso natural; Herrera deambulando por el campo, los días pares con pubalgia; los impares, al cien por cien, sin mantener un ritmo y un calendario normal de entrenamientos. Prefirió ir a Londres, a jugar "al menos tres minutos", con la complicidad de un seleccionador irresponsable. De su juego depende mucho el desarrollo del ataque del Athletic. Si no funciona, la conexión con Susaeta o De Marcos se desactiva. Y Herrera no está funcionando. El Athletic apenas consiguió llevar el balón más allá del círculo central durante buena parte del encuentro.
Para terminar de analizar el equipo que cayó con estrépito ante el Atlético de Madrid, se puede añadir otro dato, aunque éste tenga una interpretación positiva a medio y largo plazo: uno de los tituales que aguantaron todo el partido, Ismael López, estaba jugando con el Lugo en Segunda B hace cuatro meses. Se supone que nadie le exigirá ahora responsabilidades o le achacará que no tomara el liderazgo en los peores momentos. Compañeros más veteranos sucumbieron en el desastre general.
¡Claro que el equipo está sufriendo lo ocurrido durante el verano!, pero es que durante el verano han ocurrido muchas cosas, no solo las que más se comentan en bares y tertulias. El Athletic como colectivo está sufriendo las consecuencias de actitudes y errores individuales que se han producido fuera y dentro del campo. Y lo malo es que lo que ha ocurrido fuera de los terrenos de juego tiene ahora una solución bastante más complicada que los fallos puntuales que se pueden producir en un partido.
El equipo causó una impresión penosa en el Manzanares pero tampoco ninguna de las circunstancias del partido le favoreció lo más mínimo. Error grave en el primer gol, fuera de juego no señalado en el segundo; posible penalti a Herrera no visto; penalti en contra cuando el grupo empezaba a respirar con los cambios...Exhibición de Falcao marcado, es un decir, primero por San José y después por ¡Iturraspe!.
Fue un desastre colectivo que se gestó a partir de una cadena de errores individuales que abarcó un amplísimo catálogo. El Athletic es ahora mismo una construcción de palillos que se derrumba con el mínimo contacto. Los dirigidos por Simeone les dieron una paliza por actitud, por ganar todos los choques, por correr más, por estar más concentrados... por circunstancias en las que no puede fallar ni el peor Athletic. Pero estas cosas suelen suceder y generalmente suelen tener una explicación que tiene más que ver con el fútbol que con la psicología. Si los pilares básicos del equipo no están o están cuarteados, a nadie le puede extrañar que el edificio se derrumbe. Se trata de reconstruirlo cuanto antes con tranquilidad y raciocinio, dos elementos que, por lo que se ve a simple vista, no están abundando últimamente en el entorno rojiblanco.
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domingo, 26 de agosto de 2012

Bielsa denuncia las polémicas artificiales


"Todos los días un intento de que el eje deportivo salga de la cuestión. Cuando no es con jugadores que por su repercusión y su calado inevitablemente lo merecen, retomamos una cuestión que hace sesenta días se está produciendo. Eso no es casual. Es el momento oportuno para establecer una nueva grieta en la tranquilidad que necesita un equipo"..."Su pregunta apunta a descubrir un conflicto ahora que se está agotando otro".
Marcelo Bielsa ha vuelto a dedicar un buen tiempo de su comparecencia ante los medios de comunicación para poner las cosas en su sitio. A este paso se va a convertir en una costumbre que el entrenador haga la crítica de los críticos. En lo que llevamos de temporada ya hemos asistido a tres desmentidos de una rotundidad inusual y ahora a algo muy parecido a una denuncia pública. "Hay que desenmascarar a los que se maquillan para hacer preguntas", llegó a decir el técnico dirigiéndose a quien le había cuestionado por la situación de Cerrajería, Ustaritz y David López en el seno de la plantilla.
No es que Bielsa se haya caído ahora de la higuera, como dicen los argentinos, "en todos los países, en todas las ciudades, en torno a todos los equipos hay periodistas que ejercen el oficio como usted lo hace", afirmó. Es solo que "un año y fracción después", y tras un arranque de curso que está siendo como para acabar con los nervios del más templado, el técnico parece decidido a marcar el territorio.
Bielsa quiere que en el Athletic se empiece a hablar de fútbol, y solo de fútbol, cuanto antes. Por eso montó en cólera cuando alguien intentó establecer un paralelismo entre lo que ocurrió tras la primera decisión que tomó a su llegada al Athletic, y la situación actual. A su llegada a Bilbao el curso pasado, Bielsa eligió a dos jugadores por puesto y apartó al resto de su dinámica de trabajo diaria. La decisión le costó una denuncia de la AFE y se vio obligado a retractarse y a pedir disculpas públicas por su ignorancia de las normas que regulan las relaciones de los futbolistas profesionales con sus clubes. Por eso ahora ha sido muy cuidadoso al definir el estatus de David López, Ustaritz y Cerrajería en la plantilla. De ahí su diatriba cuando percibió lo que entiende como un intento de introducir en la vida del Athletic un nuevo tema de discusión cuando no hay tal y todo el mundo sabe a qué atenerse.
Marcelo Bielsa no ha hecho nada que no hayan hecho todos los entrenadores de todos los equipos estos meses: elegir los jugadores que formarán sus plantillas y comunicar a los descartados que no cuentan en sus planes. Lo lógico en estos casos es que estos busquen otros horizontes que les permitan su desarrollo deportivo; de no conseguirlo saben que estarán condenados al ostracismo. El técnico de Rosario ha tomado además la precaución de comunicar su situación a los descartados el primer día, lo que les da margen a ellos y al club para buscar una solución que a estas alturas es obvio que todavía no han encontrado.
El tema no da para más, pero Bielsa le tuvo que dedicar la mayor parte de su rueda de prensa. Llegó a pedir a los periodistas que le ilustraran sobre algún posible agravio comparativo tomando como referencia la historia del club. El técnico vino a preguntar, o preguntarse en otras palabras, si nunca en la historia del Athletic ningún entrenador había descartado a algún jugador. Si es él el primero que toma una decisión tan extravagante.
Volvemos al viejo debate sobre el papel de los medios y su influencia en la vida del Athletic. Hay entrenadores que rumian su frustracion en silencio o se desahogan en petit comité y otros que se revuelven y utilizan el micrófono para expresar la opinión que les merecen los medios. Los que callan y los que hablan coinciden en el diagnóstico y en la extensión de lo que ellos consideran un problema. Como dijo Bielsa, el asunto se repite en todos los países, en todas las ciudades y en el entorno de todos los equipos.
No se puede hablar en términos absolutos. A veces resulta difícil distinguir la mala intención de la mera incompetencia; otras son los propios entrenadores o jugadores quienes buscan la complicidad del periodista para colocar su mensaje; en ocasiones, es más fácil matar al mensajero que reconocer el error propio, tan fácil como achacar el titular equivocado o la transcripción interesada a alguna mano negra oculta en la redacción. Hay entrenadores honestos en su relación con los medios, que rehuyen el amiguismo y la utilización del periodista, como también hay excelentes informadores que hacen su trabajo con profesionalidad, buscando lealmente la noticia. Según la célebre sentencia de Rafael El Gallo, hay gente pa tó. A lo que en este caso solo cabe añadir que aquí nos conocemos todos.

Edito:
Me corrigen voces autorizadas: El año pasado no hubo ninguna denuncia formal de la AFE. Fue una 'exageración' de cierta prensa, por decirlo de algún modo.
Sí se produjo un gran revuelo mediático que incluyó apreciaciones sobre los derechos que amparan a los profesionales en su relación con los clubes.
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viernes, 24 de agosto de 2012

El Athletic se da un homenaje

El partido del Athletic contra el HJK Helsinki se explica en una jugada: Susaeta marcó un gol cabeceando un córner en el área pequeña. El aficionado medio no necesita más detalles para comprender de qué estamos hablando. El Athletic se encontró con uno de los rivales más flojitos que han pasado por San Mamés en la última década, un conjunto al que con mucha buena voluntad y buenas dosis de imaginación se le pueden adivinar algunas cualidades futbolísticas que probablemente pondrá en práctica en su Liga doméstica, ante rivales iguales o inferiores. Durante los primeros veinte minutos, mientras los de Bielsa actuaban algo encogidos todavía por el recuerdo de lo ocurrido el domingo pasado, los finlandeses trataron de hilar algún pase y de llevar el balón controlado hacia la portería contraria. Apenas consiguieron atravesar la línea del medio campo en un par de ocasiones, pero se les vio que al menos intentan mover la pelota con cierto criterio. Claro que para jugar a ciertos niveles, además de buena voluntad se requiere velocidad, agresividad, técnica individual y colectiva, visión del juego, en fin, todo eso que los entrenados por Muurinen no tienen aunque se ve que les gustaría.
Finlandia no es tierra de futbolistas. Hubo uno que hizo carrera en el extranjero, Jari Litmanen, pero su héroe nacional en lo que a deporte se refiere es Paavo Nurmi, un atleta que dominó las carreras de fondo en la década de los 20 y que acumuló medallas olímpicas a barullo. Tiene una estatua a la entrada del estadio olímpico de Helsinki que seguramente veremos en los periódicos la semana que viene, cuando salga en las fotos justo al lado de ese señor que suele viajar con el Athletic tocado con una gorra de cosaco.
El lanzamiento de jabalina también se les da bien a los finlandeses y lo de esquiar o patinar sobre hielo, ni te cuento; son una potencia en los Juegos de Invierno. Ya me gustaría ver lo que da de sí el abusón de Aduriz esquiando, por ejemplo. Claro que por la misma regla de tres, alguno de los de la docena de seguidores que acompañaron al HJK en San Mamés te dirá que ya le gustaría ver lo que da de sí jugando al fútbol a Schüller, por citar a uno cualquiera de los de su equipo.
El fútbol no se les da demasiado bien a los finlandeses y como además las cosas se ven muy distintas allá por Escandinavia, ni siquiera tienen la malicia suficiente para disimular sus carencias. Los del Slaven Belupo de la eliminatoria anterior, sin ir más lejos, eran solo un poco menos malos, pero en los Balcanes, a diferencia de en Escandinavia, jugar no jugarán, pero competir, compiten a todo: al baloncesto, al waterpolo, al fútbol … y al mus si les enseñas el valor de un amarreko y a pasarse señas.
Veinticinco minutos tardó el Athletic en encarrilar el partido y la eliminatoria. Después, San Mamés recordó los viejos tiempos, cuando el partido de Aste Nagusia servía de presentación del equipo de cara a la nueva temporada; era algo así como la aportación del Athletic a la fiesta. Iban Marijaia, la txupinera y el pregonero y al conjunto resultante se le llamaba partido de homenaje al socio. Viejas buenas costumbres desaparecidas en la vorágine de los tiempos modernos. El partido contra el conjunto finlandés tuvo el aire festivo de aquellos encuentros. El Athletic se aseguró su entrada en Europa dándose un homenaje.
Les costó a los rojiblancos encontrar el camino del gol, y no fue porque no lo estaban viendo delante de sus narices, sino porque no las tenían todas consigo después del fiasco contra el Betis. No hacía falta ninguna brújula para encontrar la portería de Wallen, bastaba con abrir el juego por las bandas, sobre todo por la derecha, donde Iraola y Susaeta martirizaron al lateral de aquella zona. Pero faltaba remate y sobraba desconfianza. Se fallaban ocasiones y aunque lo más cerca de Iraizoz que estuvieron los finlandeses era un poco más allá del círculo central, había que oir los suspiros y los quejidos del respetable las escasas ocasiones en las que un rival llegaba a otear el horizonte con la pelota en los pies.
Pero Aduriz cobró un excelente cabezazo a un centro de Iraola y allí se acabó todo, o empezó, según se mire. Cuando seis minutos después Susaeta cabeceó un córner en el segundo palo el público tomó conciencia de que estaba viendo un partido histórico. Iñigo Pérez cerró la cuenta del primer tiempo con un magnífico saque de falta en el que el balón entró muy abajo después de superar limpiamente la barrera
Para que no quedaran dudas, Aduriz amplió la cuenta nada más regresar del vestuario, lo que acabó por hundir a un rival que ni siquiera era capaz de amagar una apertura de líneas en busca del gol. Un lujito de Susaeta dentro del área culminando un contratraque, pareció matar el partido. Bielsa comenzó a cambiar jugadores y el Athletic se fue quedando dormido en los laureles, con los jugadores buscando el lucimiento personal o la jugada imposible, como si estuvieran en un entrenamiento en Lezama. Fue cuando el Helsinki remató por primera vez; lo hizo casi desde el círculo central, sorprendiendo a Iraizoz, aunque el balón fue repelido por el larguero. Hubiera sido un chiste que el Athletic encajara un gol, pero a punto estuvo. El susto sacó a los jugadores de su somnolencia y en la siguiente jugada Iraola hizo el sexto. Pudo haber más, porque el larguero repelió dos remates y el portero hizo media docena de paradas de mérito, amén de los remates fáciles que fallaron los leones, pero tampoco era cosa de ensañarse.
Antes de ese sexto gol el espectáculo se había trasladado a la grada, cuando a los botarates de siempre les dio por vocear consignas contra Llorente, respondidas por la censura prácticamente unánime del resto del campo. Si ésta va a ser la constante de la temporada estamos aviados, pero crímenes más graves se han cometido en nombre de la libertad de expresión así que habrá que prepararse para convivir con una actitud que no beneficia en nada al Athletic, aunque explicarles esto a los que opinan a gritos es como tratar de que el gran Benito Floro ilustre a los futbolistas finlandeses sobre su celebrada teoría acerca de la importancia del saque de banda en el juego de contrataque.
Volviendo a lo estrictamente deportivo, es estupendo que por una vez, el Athletic consiga encarar un partido de vuelta con la tranquilidad del que ya ha hecho los deberes. El temido trago de las eliminatorias previas de agosto no ha sido tan desagradable como en alguna ocasión anterior. Además, contra el HJK se vieron algunos detalles que animan a pensar a que la lección del día del Betis está digerida. Como muestra, el zapatazo con el que se libró del balón Iturraspe en una jugada del primer tiempo más o menos en el mismo sitio donde perdió el cuero ante Beñat el pasado domingo en la jugada que dio origen al primer gol.
Claro que harán bien los rojiblancos en no relajarse ni tomar la goleada de ayer como la prueba definitiva de que han superado sus males. Hubo algunas situaciones, malos entendimientos, pases fallidos o relajaciones en el marcaje que no se notaron porque había un finlandés delante; mejor no imaginar qué hubiera pasado si el finlandés se apellida Falcao, por ejemplo.
Pero problemas de ajuste propio y flojera del rival al margen, concedamos al Athletic el mérito que le corresponde en tan extraordinario marcador. Hubo ambición, goles a pares que alivian la sensación de orfandad que puede dejar alguna deserción, y una importante recuperación de la autoestima. El Athletic estará en el sorteo de grupos de la UEL. Objetivo cumplido, que era de lo que se trataba. Magnifico.
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miércoles, 22 de agosto de 2012

Bielsa vuelve a asumir la defensa del Athletic



De nuevo Marcelo Bielsa haciendo y diciendo lo que probablemente el Athletic debió hacer hace más de un mes, o sea, poner los puntos sobre la íes y llamar al pan pan y al vino, vino. De nuevo el entrenador de Rosario dando una lección de comunicación poniendo las cosas en su justo término y llamándolas por su nombre en estos tiempos de corrección política, disimimulo, pasemesí, pasamisá y ande yo caliente. Merece mucho la pena atender a los cuarenta minutos de la intervención del técnico. Vuelve a decir muchas cosas, todas llenas de sensatez; y las dice con una claridad que seguramente no encontraremos en los medios que reproduzcan su intervención por escrito; problamemente tampoco en los medios audiovisuales. Perro no come perro, o entre bomberos no nos vamos a pisar la manguera. "El Athletic está pasando un momento que no es sencillo. Confluyen hechos reales, pero también interpretaciones malintencionadas que en ocasiones se les dan a hechos que pueden ser valorados de otro modo". Es un fragmento de su intervención que viene a resumir lo dicho por el técnico unos minutos antes. "El Correo de hoy afirma que Amorebieta no entrena con el grupo más compacto por presión del club porque no renueva su contrato. Lo desmiento categóricamente. Eso que dice El Correo es mentira. Es mentira y me permito ser tan contundente porque si así fuera (la marginación de jugador) el club necesitaría de mi intervención. Haría falta que yo fuera cómplice de una medida tan despreciable". Más argumentos de Bielsa. "La información sobre la que gira todo esto es información malintencionada. ¿Cómo va a aspirar a jugar mañana un jugador que jugó su último partido en el mes de junio, que no ha hecho un solo entrenamiento, que en medio ha sufrido una intervención quirúrgica?".
Por si no hubiera quedado suficientemente claro, el técnico insistió en el tramo final de su intervención. "La información de El Correo es malintencionada porque no es cierta, porque sabe que no es cierto y porque responde a intereses altamente visibles".
El técnico demostrando el profundo conocimiento que ha adquirido del Athletic y de sus, digamos, circunstancias: "El Athletic no opera con las mismas armas que el resto de los equipos, y no me refiero solo a que juegue con futbolistas vascos. El Athletic opera de forma distinta porque tiene criterios no comerciales de desarrollo de una industria que es eminentemente comercial. Y con eso hay que ser considerado, no malintencionado. Hay que tratar de entender todo esto, de no castigar, de no engañar, de no mentir y de ayudar".
Después de un verano eterno en el que el Athletic ha sido sacudido a diario por rumores, informaciones tergiversadas, manipulaciones o, simple y llanamente, mentiras, ha sido el entrenador el que ha salido a fijar posición, a decir hasta aquí hemos llegado, a describir un escenario en el que el club se ha limitado a ser un sujeto pasivo... y silencioso. "La desinformación es un elemento que separa, que disuelve, sobre todo la desinformación que tiene objetivos, no la que es casual", dice Bielsa
Es evidente que ni el Athletic ni ninguna institución que se precie, se puede dedicar a desmentir las tonterías que a diario se escriben y se dicen con tanta irresponsabilidad o algo peor. Pero no es menos cierto que la repetición constante y diaria de infundios, bulos y rumores como ha ocurrido este verano, con el efecto multiplicador añadido de las redes sociales, acaba haciendo mella hasta en la mente mejor blindada contra la estupidez. Podemos hablar de la famosa rueda de prensa de Llorente en el Carlton o de múltiples conspiraciones de vestuario. No se puede estar desmintiendo a tiempo completo, es cierto, pero hay situaciones excepcionales en las que hay que decir basta y descarar a los manipuladores, sean estos profesionales o amateurs compensados. De lo contrario se corre el riesgo de que el ambiente se enrarezca tanto que el aire se vuelva irrespirable. Que es lo que ha ocurrido este verano en el entorno rojiblanco
A una de estas últimas historias, la que apunta a que Javi Martínez y Llorente quieren irse por sus desavenencias con el técnico, salió también al paso Marcelo Bielsa. "Yo también he escuchado eso. Y soy consciente de que Llorente y Javi Martínez son más importantes que yo para el Athletic. Por eso yo consulté con ellos si ese obstáculo era cierto y dispuesto a actuar en consecuencia. Si me dicen que yo soy el obstáculo, yo hubiera sabido qué hacer". A lo mejor no ha llegado a oídos de Marcelo Bielsa la versión simétrica del mismo infundio, la que afirma que el técnico amenazó con su dimisión si el club se desprendía de Javi Martínez. En este todo vale, el surtido es tan variado que cabe una versión y su contraria.
El de Rosario nunca ha ocultado su poca simpatía para con los medios "no tengo al periodismo en la mejor consideración" llegó a decir en una de sus ruedas de prensa en Lezama, y ya se ganó la animadversión de los más poderosos de su país cuando decidió no conceder entrevistas personales siendo seleccionador. Me temo que su última intervención le ha puesto directamente a los pies de los caballos. Existen antecedentes de sobra como para pronosticar que no le esperan buenos tiempos. Su defensa del club, su descarnada denuncia de la realidad que rodea al Athletic, deberían ser suficiente razón para que encontrara el respaldo que merece un posicionamiento tan sincero. Veremos.
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martes, 21 de agosto de 2012

San Mamés cumple hoy noventa y nueve años

San Mamés cumple 99 años. Tal día como hoy, en 1913, el Athletic y el Racing de Irun estrenaron la que con el paso del tiempo se convertiría en la catedral del fútbol. Bilbao celebraba, como ahora, su Semana Grande y la prensa local se hizo eco del acontecimiento. Decía 'El Porvenir Vasco': "Como único número de los festejos figuraba ayer en el programa la inauguración del campo del foot-ball del Athletic Club, y puede decirse que ha sido de los que con mayor brillantez se han celebrado. Puede ufanarse hoy el Athletic Club de tener un campo de foot-ball magnífico, elegantísimo, en el que están atendidas admirablemente todas las necesidades que esa clase de campos requiere y como no habrá otro igual en toda España".
José María Mateos, periodista, seleccionador, testigo directo de las andanzas iniciales del Athletic y autor de la primera historia escrita del club, la que abarca sus primeros 25 años de vida, describió así el acontecimiento en las páginas de 'La Gaceta del Norte': "El nuevo campeón ¿estupendo? Estupendo es poco ¿Maravilloso? Maravilloso no me parece bastante ¿Colosalísimo? Puede que más sea el juicio que ha merecido el campo de foot-ball que ayer inauguró el Athletic, a los millares y millares de personas que se extendieron por las graderías y paseos de aquel encantador jardín".
Los millares y millares de personas que creyó ver Mateos en el estreno de San Mamés, fueron exactamente 3.500, el primer aforo del campo, poco más que un terreno vallado y una pequeña tribuna de madera. Su construcción se había presupuestado en 50.000 pesetas, de las que 40.700 se recaudaron mediante la suscripción de obligaciones por parte de los socios. La obra dirigida por el arquitecto Manuel María Smith, acabó costando 89.061,92 pesetas, de acuerdo con las anotaciones del tesorero del club, Roberto de Arteche.
Bajo la presidencia de Alejandro de la Sota, la asamblea de socios celebrada el 10 de septiembre de 1912 aprobó el proyecto de construcción y el modo de financiación. El club se comprometía a devolver semestralmente las obligaciones que suscribirían los socios. La directiva calculó que amortizar aquellas 50.000 pesetas no sería una tarea especialmente dificultosa porque preveía grandes beneficios en el nuevo campo. No en vano, por fin el Athletic podría disputar sus partidos en Bilbao, ahorrando a sus seguidores el enconces nada sencillo desplazamiento a Lamiako o a Jolaseta.
El Athletic compró los terrenos de la vega de San Mamés a los herederos de Novia de Salcedo y el 20 de enero de 1913 se puso la primera piedra.
Pero aunque el paso definitivo se dio en aquella asamblea de septiembre de 1912, el Athletic ya llevaba no menos de dos años intentando conseguir un campo en la ciudad que colmase sus espectativas y las de sus cada vez más numerosos seguridores. De hecho, proclamado campeón en 1910 y designada la ciudad de Bilbao como sede de la Copa de 1911, el Athletic quiso disponer de un campo apropiado para acoger aquella Copa. Bajo la presidencia de Pedro Astigarraga el club hizo numerosas gestiones que no sirvieron de mucho a pesar de que la prensa cantó victoria en mas de una ocasión. Ya el 14 de enero de 1911 La Gaceta del Norte proclamaba desde un titular: "¡Ya hay campo!", y desarrollaba la noticia en el siguiente texto: "Tuvimos ocasión de hablar ayer con un capitular bilbaino, el cual nos dio una noticia que creemos será del agrado de los futbollistas. Nos aseguró que la Comisión de Fomento ha tratado de la cuestión del campo del football y emitido sobre ello un informe que irá a la próxima sesión del Ayuntamiento, por no haber habido tiempo para llevarlo a la que ayer se celebró. En el informe se propone la cesión al Athletic del espacioso campo de Basurto, convertido hoy en ferial". Y el periodista añadía de su propia cosecha: "Lo que no sabemos es si el Ayuntamiento entregará arreglado el campo o concederá subvención o no hará ni lo uno ni lo otro. Nosotros, modestamente opinamos que debía conceder una subvención al Athletic para que éste se encargase de los arreglos. ¿La razón? Pues porque el campeonato que se ha de celebrar en Abril ha de proporcionar al pueblo de Bilbao ingresos, toda vez que aparte de la media docena de equipos que han de venir, han de acudir otras muchas personas de las regiones de donde acudan los teams para presenciar la hermosa lucha. Hora era ya que el foot ball tuviese un campo en Bilbao. Puede decirse que ha llegado la hora del desarrollo de este higiénico y magnífico sport, hoy de moda en el mundo civilizado,y que en Bilbao no era estimado convenientemente por no ser conocido".
Pero, nuestro gozo en un pozo, cuatro días después, el 18 de enero de 1911, el mismo periódico desmentía lo anunciado en sus páginas. Bajo un titular menos entusiasta y más escueto. "El campo del Athletic", La Gaceta del Norte daba cuenta del contratiempo: "Algunos nos han preguntado por qué el Ayuntamiento no ha concedido, aunque solo sea para el campeonato de España, la campa que sirvió para aviación para celebrar los matchs de football. Hemos hablado con el presidente de la Comisión municipal de Fomento, quien nos hizo saber que con gran sentimiento no pudieron acceder a ello, por haberse acordado quince días antes de solicitarse ese campo, el sacar a concurso la plantación en él de árboles y la instalación de jardines"
Tras los fallidos intentos de hacerse con los terrenos del entonces rural Basurto y más tarde los del actual Parque de doña Casilda, lo que obligó al Athletic a organizar el Campeonato de España en Jolaseta, por fin, el 21 de agosto de 1913 llegó el día tan esperado de la inauguración del campo de San Mamés.
El Athletic organizó un triangular con el Racing de Irun y el Shepherd's Bush. En el partido inaugural jugaron por el Athletic: Ibarretxe, Hurtado, Solaun, Iceta, José María Belausteguigoitia, Eguía, Acedo, Moreno (Pichichi), Zuazo, Cortadi y Pinillos. Por el Racing de Irun: Echart, Retegui, Patricio, Arocena, Adarraga, Boada, Eizaguirre, Castillejo, Arocena, Carrasco y Ayestarán.
Zuazo hizo el saque inicial y Pichichi marcó el primer gol a poco de empezar el partido. Antes del descanso Patricio hizo el empate que sería definitivo. Al día siguiente el Shepherd's Bush ganó 3-1 al Racing de Irun y el 24 de agosto los ingleses ganaron 1-0 al Athletic.
El 21 de septiembre el Athletic volvería a perder en San Mamés, por idéntico resultado, 1-0, ante el Deportivo Español de Barcelona. El equipo rojiblanco tuvo que esperar hasta el 19 de octubre para ganar el primer partido en su nuevo campo. Se trataba del encuentro inaugural del Campeonato Regional y el Athletic ganó 2-0, al Arenas. Ambos equipos fallaron un penalti cada uno. Jugaron: Ibarreche, Solaun, Hurtado, Eguía, J.M. Belauste, Iceta, Cortadi, Zuazo, Cortazar, Pichichi y R. Belauste. Por el Arenas se alinearon: F. Peña, R. Hurtado, Arbaiza, Usobiaga, Pagaza, J.M.Peña, Rica, Uriarte, Hormaechea, Vallana y Jauregui.
San Mamés no ha dejado de crecer y de sufrir modificaciones a lo largo de su casi centenaria historia. En la primera mitad de la década de los veinte el aforo se amplió con la construcción de una segunda tribuna, la de Capuchinos y la ampliación de la principal originaria. Antes de que se estrenara la Liga en 1929, San Mamés ya podía acoger a 10.000 espectadores.
El 8 de diciembre de 1926 se colocó en una de las esquinas de la tribuna el busto en recuerdo a Pichichi, obra del escultor Quintín de la Torre, quien es también el autor del monumento a Larraza instalado en Lezama.
La construcción de la tribuna de Misericordia y la organización de la general elevaron a más de 30.000 el aforo de la catedral durante la postguerra y en 1952 se alcanzó el aforo máximo, 47.000 espectadores, gracias a los 15.000 nuevos asientos que se colocaron en la nueva Tribuna Principal, colgada del célebre arco, una audaz obra de ingeniería para la época que permitió al Athletic disponer de una de las tribunas más grandes del Continente sin postes que dificulten la visión.
Entre el final de la década de los cincuenta y el comienzo de la de los sesenta se construyeron los segundos pisos de las actuales tribunas Norte y Sur, más tarde se instaló la iluminación artificial, y en 1972 se construyó la tribuna Este encima de la general, que siguió siendo una localidad de pie hasta el Mundial de 1982, acontecimiento que provocó la remodelación prácticamente integral del campo tanto en su parte visible y tribunas como en las infraestructuras debajo de los graderíos, vestuarios, sala de prensa y demás servicios.
En 1998, coincidiendo con el centenario del club se retiraron las vallas que rodeaban el terreno de juego, obligatorias desde mediados de la década de los setenta, lo que a su vez provocó la desaparición de las ultimas localidades de pie, situadas tras las porterías, reduciendo el aforo a las casi 40.000 localidades de hoy en día.
San Mamés se encamina hacia el siglo de vida en la que con toda probabilidad será su última temporada de competición. Del Athletic y de su afición depende que el nuevo campo siga siendo la catedral del fútbol.
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lunes, 20 de agosto de 2012

Mensaje de esperanza desde el caos

Seis remates a puerta, cinco goles. Un balón perdido absurdamente en una zona comprometida; una contra que remata un rival libre de marca entre tres rojiblancos dentro del área; un mal centro que se convierte en un lujo tras tocar en un defensa; un despeje a los pies del rival más desmarcado dentro del área grande mientras toda la defensa hace la línea en el área pequeña; un defensa se descuelga rompiendo un fuera de juego que debía ser de libro. Así llegaron los cinco goles del Betis al Athletic ayer en San Mamés: errores propios, montones de errores propios; ni pizca de suerte en los rebotes; una sensación generalizada de caos. Y a todo esto, el portero, fusilado en cuatro de los cinco remates, bien es cierto, tirándose siempre al lado contrario a por donde entró el balón. Pero esa, la del portero, me temo que será otra historia este año.
Menos mal que Ander Herrera nos informó la semana pasada que se encuentra al cien por cien. Si no nos lo llega a decir no nos hubieramos dado cuenta. Porque contra el Betis lo disimuló muchísimo. Lento, sin pase ni desborde, ciego a la hora de buscar al compañero...un desastre. Lo mismo que Iturraspe, agravada su actuación por el error que costó el primer gol a los seis minutos. Se hundió con todo el equipo el centrocampista de Abadiño, y nunca mejor empleada la frase. Bielsa lo tuvo que retirar del campo a los 23 minutos después de comprobar que Ander no estaba dando una a derechas. A derechas, ni a izquierdas. Pocas veces se ha visto en San Mamés a un jugador tan patéticamente perdido.
Con Iturraspe y Herrera apagados o fuera de servicio, el Athletic fue incapaz de superar la presión adelantada del Betis, que buscó las cosquillas del rival en su propia área. No había manera de que el Athletic sacara el balón jugado desde atrás, y las constantes pérdidas en el centro del campo, por culpa la mayoría de las veces por eso que en el tenis llaman errores no forzados, sembró el pánico en una defensa de cartulina en la que solo se alineaba uno de los titulares del año pasado.
Al Betis le entró todo, pero es que es muy difícil que no te entre cuando tiras tan a placer. Sin un dique de contención por delante, Gurpegui y San José sufrieron lo que no está en los escritos, siempre en desventaja ante los atacantes rivales, pero también muy lentos y desubicados en acciones que un central debe resolver por sus propios medios. La primera media hora de la Liga en San Mamés fue una pesadilla. Por momentos daba la impresión de que la estatua de Don Diego plantada en el punto de penalty hubiera supuesto un mayor obstáculo para los béticos.
Los entrenadores tienen cosas incomprensibles. Bielsa, también. Debe de ser por aquello que decía un antiguo miembro del Athletic cargado de ironía. Los entrenadores despachan directamente con Dios después de desayunar. Y en esas charlas descubren cosas del fútbol inaccesibles para el resto de los mortales aficionados. Esa debe de ser una de las razones por las que el técnico de Rosario sigue insistiendo con Iñigo Pérez en el lateral izquierdo; o por lo que eligió empezar el partido con Toquero en el eje del ataque dejando a Aduriz en el banquillo. Le preguntas a un turista japonés que ayer se hacía fotos con Marijaia y te dirá: Toquero es muy bueno levantando balones desde la banda, pero como nueve no funciona. Bueno, pues Toquero otra vez como nueve hundiéndose con todo el equipo, como Iturraspe.
Bielsa rectificó pronto, pero ya era tarde. La entrada de Ruiz de Galarreta por Iturraspe llevó a Iñigo Pérez al eje del centro del campo y a De Marcos al lateral. En el descanso Herrera y Toquero se quedaron en la caseta y entraron Ibai Gómez y Aduriz. Fue otra cosa, digamos que más canónica, y el partido cambió como de la noche al día. Un pase sutil de Aduriz preludió el primer gol de De Marcos y después un San José imperial cabeceó dos corners a la red remontando un partido que hacía tiempo que se daba por perdido.
Fue esta reacción del Athletic una de las señales positivas que se pudieron percibir en San Mamés. Este equipo tiene alma; coraje suficiente para sobreponerse a la adversidad y calidad y recursos como para competir a un nivel muy alto. Si la primera media hora del partido fue un caos, la primera media hora de la segunda parte nos devolvió a un Athletic capaz de trenzar juego, de buscar las bandas, de hacer daño con muy poquito, como recordábamos haberlo visto el año pasado. Sin Amorebieta, Aurtenetxe, Muniain y la pareja de dos en el campo, no está nada mal el rendimiento que ofreció el equipo durante bastantes minutos.
Otro mensaje para la esperanza, quizá el mejor y más importante, lo emitió la grada. El público de San Mamés volvió a estar en su sitio dando una lección de comportamiento, responsabilidad y apoyo a los colores. Recibió al equipo con una ovación que sonó más fuerte y cariñosa de lo habitual. Sostuvo a los jugadores y les animó sin un solo reproche mientras contemplaba la debacle; vibró y disfrutó con la remontada; asumió con resignación el chasco final y despidió a los suyos con unos aplausos reconfortantes de verdad. Nadie aludió a los ausentes. La grada emitió un mensaje muy claro al césped. Vosotros sois nuestro equipo y vamos a estar con vosotros por encima de todo. La ovación que se llevó el desolado Iturraspe cuando fue sustituído en el minuto 23 solo se puede escuchar en San Mamés.
Hubo un mensaje de esperanza en medio del caos. Las gentes rojiblancas llegaron al campo hartas de un verano inaudito, hasta las narices de estar en boca de todos y de no ganar para sustos y disgustos. San Mamés sonó como un ¡ya está bien!, una catarsis colectiva que se hubiera consumado de culminar el Athletic su remontada. No pudo ser porque este equipo tiene una descomunal vía de agua, capaz de hundir un trasatlántico. Ningún equipo que se tenga por serio puede conceder cinco goles en su campo. Problemas como la pérdida de balones en zonas comprometidas, que se suponían superados el año pasado, volvieron a aparecer con toda su crudeza. El eje de la defensa es una zona demasiado comprometida como para improvisar una solución de la noche a la mañana pero, de momento, no hay otra que aguantar con lo que queda disponible.
Volviendo a los aspectos positivos, no está nada mal que el equipo sea capaz de marcar tres goles, mucho más en unas circunstancias como las de ayer. Ruiz de Galarreta sigue apuntando muy buenas maneras, De Marcos vuelve a aparecer, Aduriz ha regresado con mucha hambre, Susaeta no ha perdido brillo... Hay razones para la esperanza aunque pueda sonar raro decirlo después de lo del domingo.
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sábado, 18 de agosto de 2012

Un loco con mucho sentido común



Ni Llorente ni Javi Martínez están en la convocatoria de Marcelo Bielsa para el estreno liguero en San Mamés. El técnico de Rosario ha vuelto a hacer gala de un sentido común que contradice el apodo con el que le bautizaron un día. Las intervenciones públicas de Bielsa cuando se producen situaciones excepcionales, son para guardar. Su primer discurso después de todo lo ocurrido a lo largo de la semana fue un monumento al sentido común y a la concordia. Voluntariamente ha dado un paso atrás para no inmiscuirse en una escena en la que comparten protagonismo los dos jugadores, el club y la afición. Desde esa aventajada perspectiva, Bielsa observa un conflicto en el que las tres partes tienen su cuota de razón y sus motivos para sentirse agraviadas. Pero, sobre todo, lo que el entrenador ha observado es que el debate no se puede trasladar a San Mamés ni permitir que afecte al grupo. Por eso ha preferido prescindir de dos jugadores con los que técnicamente podía contar; prefiere que haya paz y que la grada se concentre en apoyar al equipo. Evita la tentación y evitarás el pecado, así que ni Llorente ni Javi Martínez estarán a tiro de la reprobación directa de la grada cuando la competición eche a andar la tarde del domingo.
Incluir a los dos jugadores en la convocatoria hubiera tenido el mismo efecto que echar gasolina en el incendio que está padeciendo ahora mismo el Athletic. La implícita llamada a la calma que transmite el discurso de Bielsa es lo más razonable que se ha oído en las últimas horas en el entorno rojiblanco, algo que es muy de agradecer en las circunstancias actuales.
Situaciones como la vivida el viernes en Lezama requieren una reflexión seria tanto del club como del periodismo. Que medio centenar de desocupados irrumpan en las instalaciones para agredir verbalmente a quienes consideran poco menos que traidores, era tan previsible que no se entiende cómo el club no habilitó los medios para evitarlo. En este caso no vale el argumento de la soberanía de la afición ni mucho menos, el de la libertad de expresión.
Tampoco una parte del periodismo ha estado especialmente afortunada. Dar pábulo a los gamberros en forma de minutos de informativos y papel prensa es hacerles el juego y otorgarles una trascendencia en la vida del club que no tienen ni por asomo. El distinto tratamiento que han dado al incidente los diversos medios ahorra el debate sobre el hecho noticioso. Algunos lo han entendido en su justa medida y así lo han tratado y otros han sucumbido al espectáculo por el espectáculo.
Marcelo Bielsa ha hablado y ha expuesto su punto de vista. Sería muy interesante que Javi Martínez y Fernando Llorente hablaran también para dar su versión de los hechos. Podrían explicar así si es verdad que su tensa relación con el entrenador o la bronca en el vestuario tras la final de Copa han sido el detonante que ha acelerado sus deseos de abandonar el Athletic, como se está apuntando desde determinados sectores sin una sola prueba o declaración en la que apoyar semejante idea, más allá de la insinuación, nunca certificada, de confidencias recibidas en privado. Sería interesante escuchar su versión porque en la rueda de prensa de Lezama, Bielsa ya tuvo que volver a desmentir a quienes sostenían que había amenazado al club con su dimisión en el caso de perder a uno o a los dos jugadores ahora en trance de marcharse. Y no es el primer desmentido del entrenador.
Después de uno de los veranos más tormentosos de la historia del Athletic, por fin llega la Liga. Los rumores, las filtraciones y los malentendidos dan paso a la verdad descarnada de los puntos en juego. Dice Bielsa que por qué dentro de unos meses los que se han quedado no nos pueden hacer olvidar a los que se quieren marchar. Y no le falta razón. Al fin y al cabo la historia de este club es la historia de una regeneración ininterrumpida.
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jueves, 16 de agosto de 2012

El Athletic tiene que adaptarse
a un nuevo escenario

Segundo golpe en la línea de flotación del Athletic en menos de una semana. Los casos son distintos en cuanto a comportamiento personal y repercusión económica, pero provocan el mismo efecto devastador en el aspecto deportivo, por no hablar del mensaje que emiten hacia Lezama. Fernando Llorente no ha explicado todavía lo suyo; de momento le han explicado que no es titular con la selección ni en una pachanga como la de Puerto Rico, amén de que Urrutia le dejó bien claro el pasado lunes que el Athletic no entra por la vía del chalaneo ni del chantaje. Javi Martínez también tendrá que decir que quiere irse del Athletic para que se cumplan las dos premisas imprescindibles; la otra, la del pago de la cláusula en su integridad, parece a punto de confirmarse en este caso. Está claro que el Bayern no se ha tirado a la piscina sin antes cerrar el trato con el jugador, pero conviene que Javi Martínez comunique oficialmente que quiere marcharse, incluso poniendo dinero de su bolsillo, de confirmarse algunas explicaciones que atañen a su contrato con los alemanes.
No son los mismos los casos de Llorente y Javi Martínez. Aunque los dos hacen daño, uno duele más que el otro, por la forma y por el fondo. No es lo mismo que quiera irse un jugador que entró en Lezama a los once años y se ha hecho futbolista en el club a lo largo de diecisiete temporadas, que el que se quiera ir sea un jugador que llegó al Athletic hace siete años previo pago de su cláusula de rescisión a Osasuna, su club de origen. Entonces, Javi Martínez dio el paso para mejorar en su carrera enrolado en un club que consideraba con más posibilidades que el que le hizo futbolista; ahora da un nuevo paso guiado por la misma convicción. En el tránsito deja 34 millones de euros, los que separan los seis que pagó el Athletic a Osasuna de los 40 que va a cobrar ahora del Bayern.
Todavía se hablará largo y tendido de Fernando Llorente, pero no hay mucho más que decir de este asunto de Javi Martínez, si nos referimos a las ideas que expuso Josu Urrutia en su comparecencia ante los medios. Queda, eso sí, el análisis sosegado de lo que está ocurriendo en el Athletic porque no olvidemos que todavía restan al menos un par de renovaciones que pueden ser conflictivas. El club tiene que mirar hacia dentro más que hacia fuera para hacer un análisis que requiere su tiempo para obtener la debida perspectiva, aunque tiempo no sea precisamente lo que más suele sobrar en el acelerado mundo del fútbol.
Hace más de veinte años, el Athletic sufrió una conmoción comparable a la que está padeciendo ahora, cuando un jugador como Julio Salinas, del bilbaino barrio de San Adrián, más de la casa por lo tanto que Llorente, decidió marcharse aceptando una oferta de Atlético de Madrid. Aquello resultaba incomprensible en la época porque coincidía además con el desmantelamiento de un equipo campeón y Julio se perfilaba como el heredero del 9 de Sarabia, tanto que un sector mayoritario de la afición no ha perdonado todavía a Julio Salinas aquella traumática salida.
El paso del tiempo nos ha hecho ver que aquello ocurrió fundamentalmente porque el club no se dio cuenta del cambio profundo que estaba experimentando el fútbol en la época. El Athletic vivía todavía bajo los esquemas del entonces recientemente desaparecido derecho de retención que le permitía, desde la seguridad de que nadie podía abandonar el club, establecer una política salarial ordenada y con cierto tinte paternalista. Las fichas, salvo contadísimas excepciones, se agrupaban más o menos en tres grandes tramos establecidos de acuerdo con la edad del futbolista. Los recién llegados al primer equipo tenían todos una modesta ficha estándar, independientemente de lo que prometieran deportivamente; los emolumentos se incrementaban en una segunda fase a medida que se asentaban en el primer equipo, y llegaban a un tope máximo coincidiendo con la consagración del jugador. Hablamos de tiempos en los que todavía se contemplaba en el último contrato la celebración de un partido homenaje, como último ingreso extraordinario o propina de agradecimiento por los servicios prestados. En aquel escenario irrumpió Jesús Gil con sus ofertas y el entonces joven Julio Salinas planteó al Athletic un desafío que el club sostuvo hasta el final... solo para rectificar muy poquitos años después entrando en aquella vorágine de fichajes que no sirvieron para sustituir ni a los campeones de los primeros años ochenta ni para mejorar lo que había en Lezama.
Se trata ahora de discernir si no estamos en un nuevo cambio de escenario que no acertamos a ver todavía. Si las nuevas generaciones -en las que se incluyen los futbolistas profesionales, claro- no vienen con una mentalidad mercantilista que no encaja en el romántico dibujo que propone el Athletic. Se habla de una sociedad asolada por una crisis de valores, sometida a un mensaje constante ensalzador del enriquecimiento fácil y rápido por encima de cualquier consideración, una sociedad en la que valores como la lealtad o la solidaridad cotizan muy a la baja ante el individualismo exacerbado y el éxito a cualquier precio. Es esa sociedad la que provée de alevines de futbolista a Lezama, no lo olvidemos.
No se trata ni de renunciar a la esencia del Athletic, ni de resignarnos a la mediocridad general. Se trata de reflexionar para tratar de ver qué aspectos hay que cambiar para adaptar al club al nuevo escenario, ese en el que dos jugadores de referencia aquí prefieren largarse con viento fresco a ganar más títulos y más dinero, póngase en el orden que cada uno prefiera, aunque allí ejerzan de secundarios.
La educación en la cultura rojiblanca en Lezama tiene que ser el aspecto fundamental, pero los responsables del club harían bien en repasar las posibilidades que ofrecen los contratos, su duración, las garantías de cumplimiento o la verdadera utilidad y eficacia de las cláusulas de rescisión (esto plantea un bonito debate) un invento tan español como la fregona o el chupa chups, desconocido en el resto del fútbol mundial.
El club tiene que mirar hacia dentro pero la afición tiene que mirarse en el espejo para reconocerse. No se ha confirmado todavía el traspaso de Javi Martínez y surgen en los mentideros los nombres de los posibles fichajes que se podrían cerrar con ese dinero. Beñat, Azpilikueta, Monreal,¡Griezmann!... ¿vale todo?. Si Urrutia es consecuente con su discurso, y no hay razón para temer que no lo sea, el Athletic no emprenderá ese camino porque es el que conduce más directamente al desastre. Ninguno de los jugadores señalados sustituye a los que se van o han dicho que quieren irse. ¿Y alguien cree de verdad que hay que gastar dinero en Beñat para cortar la progresión de Ruiz de Galarreta, por ejemplo?.
Traspaso, cobro, ficho, gasto, es el círculo en el que se mueve casi todo el mundo; algunos han introducido la variante 'no pago' sin que ello haya detenido la rueda. ¿No habíamos quedado en que el Athletic es diferente?. Ahora es el mejor momento para, parafraseando a Urrutia, hacer de verdad lo que decimos que hacemos.
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lunes, 13 de agosto de 2012

La hora de la verdad


Hace ahora algo más de un mes escribía en este blog impactado por la rueda de prensa que acababa de ofrecer Marcelo Bielsa. Bielsa ha puesto el listón muy alto, titulaba entonces y arrancaba el comentario con la siguiente frase: "La rueda de prensa que ofreció Marcelo Bielsa la tarde del jueves es un acontecimiento que marca un antes y un después en la vida del Athletic".
Podría titular lo mismo ahora, después de escuchar la rueda de prensa de Josu Urrutia, cambiando solo el sujeto de la oración, Urrutia ha puesto el listón muy alto, y arrancar este comentario copiando literalmente la primera frase de aquel post, aunque lo del antes y el después, necesitaría en este caso de alguna matización, puesto que hubo un antes y esperemos que no haya un después diferente.
Creo que más que un antes y un después, la rueda de prensa del presidente del Athletic ha marcado la hora de la verdad de la institución, entendida esta en una globalidad en la que los futbolistas profesionales han sido directamente señalados, pero son los socios y los miles de seguidores rojiblancos, los realmente concernidos. El presidente ha planteado la cuestión crucial: si queremos seguir siendo como somos, debemos saber responder en este tipo de circunstancias. Lo ha dicho con otras palabras: el Athletic es una utopía convertida en realidad. Pero la utopía tiene un precio, el de la consecuencia entre lo que se predica y lo que se hace. Y si somos consecuentes con los ideales que han hecho del Athletic un caso único en el fútbol mundial, no queda otra salida que la que ha tomado la institución en el caso de Fernando Llorente.
Josu Urrutia repitió en al menos tres ocasiones a lo largo de su intervención que estamos ante un "fracaso institucional". Efectivamente, si un futbolista que lleva diecisiete años en la institución, en la que ingresó cuando tenía once años de edad, comunica ahora que quiere marcharse a otro club que le ofrezca un mejor horizonte deportivo, es que algo ha hecho mal la entidad con ese jugador a lo largo de esos diecisiete años para que ese futbolista no sepa a estas alturas dónde ha estado durante prácticamente toda su trayectoria vital desde que alcanzó lo que el catecismo llamaba uso de razón.
También ha dicho Urrutia que la respuesta de Llorente es un golpe en la línea de flotación de la institución. Se trata de saber el alcance de los daños y si ha abierto una vía de agua irreparable. La primera impresión es que la reacción de los actuales responsables del club ha sido la más adecuada para minimizar los efectos de ese golpe. Caer en el juego que propone el futbolista sí que hubiera sido letal para el futuro del club.
Hablamos de principios generales; de qué somos y qué queremos seguir siendo. En este caso sí que podemos referirnos a filosofía, a pura filosofía, que plantea las grandes cuestiones vitales de este club, de esa utopía hecha realidad a la que se refirió el presidente. El Athletic no se podría inventar ahora porque nadie en sus cabales podría hacer semejante apuesta, y si hubiera alguien capaz de hacerlo, no encontraría ni la paciencia ni la convicción suficientes para perseverar en la adversidad. El Athletic tiene 114 años de historia por detrás avalando una idea. Se trata de preguntarnos si queremos seguir otros 114 años persistiendo en la misma. Y si la respuesta es positiva, se trata simplemente de llevar a la práctica la teoría predicada.
Nos elevamos desde el caso concreto hasta unos principios generales que son irrenunciables y por lo tanto no pueden estar sujetos a cuestiones que atañen solo a una situación particular, a una circunstancia económica más o menos relevante, o a una pérdida de potencial deportivo por muy evidente que sea. La decisión del Athletic de continuar exigiendo el importe íntegro de la cláusula de Llorente es una cuestión de principios. ¿Para qué le servirían sino las cláusulas de rescisión a un club que no quiere vender a sus jugadores?. Que esa decisión implica una pérdida económica es evidente. Se trata de calibrar de qué magnitud sería la pérdida en términos de valores institucionales y poner ambas en la balanza.
Es en este punto donde la masa social rojiblanca tiene la palabra y donde tendrá que demostrar su coherencia con los valores de los que tan orgullosa se siente porque tiene motivos para ello estarlo. Es la hora en la que el Athletic tiene que estar por encima de todo y eso quiere decir que en casos como el que nos ocupa, no caben medias tintas. ¿Qué diferenciaría al Athletic de cualquier otro club si aceptara vender a sus mejores jugadores, no ya al precio tasado por Ibaigane, sino al precio rebajado del mercado de ocasión?. Pero, sobre todo, ¿qué diferenciaría al Athletic de cualquier otro club si sus mejores jugadores entendieran que su destino está lejos de la institución que les hizo futbolistas a cambio de un mejor horizonte deportivo o económico?.
Ese es el único mensaje que lleva implícita la decisión del Athletic en el caso LLorente: reciprocidad; todos somos Athletic en todas las circunstancias. El Athletic solo puede querer en sus filas a jugadores que quieran ser del Athletic. El que no entienda ese mensaje general y prefiera enredarse en los millones que presuntamente se dejarán de ingresar, o en cuestiones personales, es que no ha entendido nada.
Vuelvo a mi texto de hace un mes tras la rueda de prensa de Bielsa: "La del jueves no fue una rueda de prensa; fue una sacudida al Athletic desde los cimientos hasta el tejado y todos tendríamos que sentirnos concernidos", escribía entonces. La de hoy ha sido una rueda de prensa de idéntica trascendencia. Urrutia también ha sacudido al Athletic de arriba a abajo para que todos repasemos nuestra idea del club.
Si nos contaran que en Inglaterra, por acudir a las fuentes, existe un equipo que lleva más de un siglo en la élite jugando solo con sus propios futbolistas, que es un club con una forma de hacer las cosas distinta al resto y que el sentimiento de pertenencia de jugadores y aficionados es su principal seña de identidad y su razón de ser, nos confesaríamos profundamente admirados y envidiaríamos a sus seguidores porque quisieramos ser como ellos. Ese club existe y está aquí: se llama Athletic Club. No lo perdamos y procuremos que los que nos siguen mantengan vivos los valores que nos enseñaron los que nos precedieron.
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viernes, 10 de agosto de 2012

El Athletic recordó los viejos tiempos

Qué pronto olvidamos los malos recuerdos. El año con Bielsa ha borrado de nuestra memoria las viejas imágenes del Athletic torpe, perdido, empequeñecido ante rivales insignificantes, saliendo magullado de una novillada sin picadores , que era como calificaba un viejo periodista bilbaino a partidos como el de ayer. El Athletic fue a encontrarse con su pasado en un pueblo perdido de Croacia. Los rojiblancos estuvieron a punto de tirar por la borda todo el prestigio ganado a lo largo de un año de brillo y oropel dominando a rivales de rancio abolengo en sus propios palacios. El equipo poderoso y seguro de sus fuerzas, capaz de imponer siempre su fútbol, ese grupo fiel a un estilo que le ha dado personalidad, se convirtió de pronto en el equipito asustado y desorientado, a merced de un rival rudimentario pero generoso en el esfuerzo y sensato a la hora de calibrar sus auténticas posibilidades.
Los rojiblancos saltaron al campito croata con las manos en los bolsillos, con una falsa suficiencia de nuevo rico, como si exhibiciones pasadas fueran suficientes para amilanar a un rival evidentemente inferior pero con orgullo y honradez suficientes como para pelear ante su público. Fue esa suficiencia, ese dar por hecho lo que todavía no está terminado, lo que acabó metiendo a los de Bielsa en un buen lío. Es verdad que faltaban muchos titulares y que el equipo sigue cogido con alfileres, pero también lo estuvo en San Mamés y entonces los que saltaron al campo se bastaron para dejar clara su jerarquía. Con una semana más de entrenamiento, que a estas alturas es media vida, se suponía que el Athletic podría resolver sin demasiados problemas. Al parecer los jugadores fueron más allá en la suposición y creyeron que podrían acabar con el Slaven sin despeinarse. Craso error.
A los croatas les bastaron los primeros cinco minutos para olvidarse de la impresión que les pudo causar un rival que les aplastó hace siete días. Comprobaron que aunque los jugadores eran los mismos la actitud era muy distinta. Que podían hacer daño con muy poquito a una defensa desajustada casi siempre y que superar el centro del campo era solo cuestión de correr. El Athletic fue apariencia, solo apariencia, esos primeros cinco minutos. Y la apariencia dio paso a un espectro del pasado, al equipo timorato, asustado, perdido, que no tiene el balón y cuando lo encuentra solo sabe facturarlo al patadón ante la evidente imposibilidad de jugarlo con un mínimo criterio.
El Slaven hizo un gol a balón parado, estrelló un remate en el poste y llegó al área interpretando el fútbol en clave de tragicomedia, donde la tragedia la sufría el Athletic porque la comedia la ponían sus jugadores. Aquel viejo Athletic que tanta vergüenza ajena nos ha hecho pasar por esos campos perdidos de los arrabales del fútbol, se retiró al descanso con cara de no estar entendiendo nada.
Afortunadamente, el equipo cuenta ahora con un entrenador que no se anda con medias tintas. Bielsa retiró a Ekiza, Ibai y Toquero para dar entrada a Llorente, Muniain y Ruiz de Galarreta. Modificó además el dibujo del equipo. Iñigo Pérez pasó del lateral izquierdo (donde por cierto volvió a demostrar que no se le ha perdido nada) al centro del campo; Iturraspe, del centro del campo al eje de la defensa y De Marcos, del centro del campo al lateral izquierdo. Ruiz de Galarreta y Muniain se ocuparon entonces de explicar el juego sin balón para dar opciones cómodas a Iñigo Pérez e Iturraspe, quien por fin empezó a ver algo de luz. Susaeta tuvo tiempo para pensar y espacio para moverse, justo lo que necesitó para que nada más empezar el segundo tiempo, diera un pase en profundidad perfecto a Llorente, quien rompiendo el fuera de juego se fue solo hasta el área para regalar el gol a Muniain.
El Athletic fue otra cosa tras el descanso. Nada del otro mundo, pero sí un equipo organizado y seguro de sí mismo capaz de poner al rival en su sitio. Con mejor manejo de balón, con dominio territorial y mayor claridad de ideas, los rojiblancos pudieron incluso adelantarse en el marcador. Si no lo hicieron fue por su proverbial falta de puntería. Para colmo, con el paso de los minutos y con la evidencia de su superioridad, volvió a hacer acto de presencia la maldita suficiencia, esa que hizo a Muniain perder el balón en el centro del campo por querer jugarlo de tacón. La jugada acabó con una nueva demostración del peculiar sentido del humor de Iraizoz tragándose un balón de forma parecida a como se tragó el portero croata el segundo gol en San Mamés, con gran hilaridad en la grada.
Hubo que sufrir hasta el final aunque saltaba a la vista que en los últimos minutos los jugadores del Slaven más que respirar boqueaban como pez fuera del agua, haciendo juego con algunos panchitos que tenían enfrente regalándoles una y otra vez segundos remates, rechaces al borde del área y espacios siderales entre la línea de defensas y el centro del campo.
Nadie dijo que sería fácil porque el Athletic de los suplentes tiene muy poquito que ver con el equipo con todos sus efectivos. De pronto, en un pueblo de Croacia vimos a ese Athletic que creíamos olvidado. Fue un regreso al pasado que esperemos que no se repita en el futuro.
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jueves, 9 de agosto de 2012

A todo esto... esta tarde el Athletic juega
un partido muy importante

Según El Mundo Deportivo en la reunión en la que el hermano de Llorente le dijo a Urrutia que fuera escuchando ofertas... no estuvo Urrutia. El Correo corrige sobre la marcha y como a la remangillé dice hoy que en esa reunión en la que ayer sí estuvo el presidente, ahora solo estuvieron el director general y Amorrortu.
Dicen que la prensa italiana apunta al interés de la Juventus por Llorente; debe de ser la misma prensa italiana que se hacía eco de lo que había dicho la víspera ETB. ¿Se trata de información circular o de hacer circular la información?.
Como no podía ser de otra manera, la prensa catalana resucita el asunto Javi Martínez. Según un medio alemán un empleado de la agencia que representa al jugador había afirmado que éste quiere marcharse al Bayern. Hoy otro empleado de la misma agencia asegura que Javi Martínez está muy contento en el Athletic y que no tiene intención de marcharse. Ayer Bayern, Barcelona y Real Madrid estaban en la subasta, con los alemanes en primera posición mediante una oferta de 33 millones. ¿Fuentes? ninguna, pero a quién le importan esos pequeños detalles.
Alguien especialmente iluminado adivina en el presunto interés de la Juventus la larga y oculta mano del Barça y las redes sociales se incendian como un reguero de pólvora. Al calor del fuego encendido por los amateurs, algún profesional asegura que el club catalán ya le ha pedido a Llorente que espere un año porque Tito Vilanova quiere un delantero poderoso para arreglar los partidos atascados. Vamos, todo un planazo para que Llorente vea la Champions 2013-14 desde el banquillo, si es que para entonces Vilanova continúa siendo entrenador del Barça; qué le vamos a hacer, uno también tiene su corazoncito especulador y maledicente.
Un medio intepreta que un familiar de Llorente ha dicho que la cosa está muy malita y que el jugador está prácticamente fuera del Athletic; otro medio asegura que un familiar ha dicho que las cosas se han sacado de quicio y que no es para tanto. ¿Es el mismo familiar?. ¿Familia que filtra unida permanece unida? Chi lo sa.
Y a todo esto, esta tarde hay fútbol, no sé si el personal lo recuerda. El Athletic parte con dos goles de ventaja y como favorito ante un rival que en San Mamés no enseñó gran cosa y que pudo salir goleado, aunque también es verdad que pudo marcar por lo menos un gol más y complicar la cosa. Marcelo Bielsa repite alineación con el único cambio de Ekiza por Ramalho en el eje de la defensa, lo que confirma que no le debió de gustar el rendimiento del chaval, demasiado tierno para la exigencia del fútbol de primer nivel.
El Athletic se econtrará con dos dificultades esta tarde: un campo pequeño, similar a uno de Segunda B y un rival que jugará muy motivado ante su público y no hace falta recordar cómo entienden la motivación los equipos balcánicos en general y los croatas en particular, dotados de un gen competitivo que les convierte en rivales de cuidado en cualquier disciplina. Dos difícultades a las que hay que añadir las que ya lleva puestas desde Bilbao, que preocupan bastante más que las que pueda oponer el Slaven.
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miércoles, 8 de agosto de 2012

El Athletic y Llorente se han metido
en un callejón sin salida

Nueva vuelta de tuerca en el caso Llorente. El mismo medio que ha anunciado en dos ocasiones su renovación -la última vez la semana pasada- aseguraba anoche que el delantero ya ha comunicado al club su intención de marcharse e incluso apuntaba a un presunto interés de la Juventus, que pagaría hasta veinte millones de euros por el traspaso. Con el paso de las horas, no faltan quienes también apuntan de nuevo a Inglaterra dando nombres más o menos sonoros, más o menos a voleo. Después de un largo verano en el que nadie ha mostrado el mínimo interés por Llorente, vuelven a sonar los más ilustres nombres de Europa. Curioso. Si se busca la correspondencia se comprueba que en ningún medio inglés se habla de Llorente. En Italia, el periódico especializado más prestigioso, La Gazzetta dello Sport, no le dedica una sola línea. Tuttosport, el deportivo que se edita en Turín, sí escribe de Llorente describiéndolo como una oportunidad surgida a última hora como alternativa a Dzeko o Van Persie, los principales objetivos, una vez descartado Suárez, que acaba de renovar por el Liverpool.
Al margen de la credibilidad que cada uno pueda otorgar a esta clase de rumores, está bastante claro que la renovación de Llorente se aleja y en el seno del club empieza a calar la sensación de que el delantero no quiere seguir vistiendo de rojiblanco entre otras razones porque, de haberlo querido, hace tiempo que se hubiera resuelto esta situación.
El Athletic y Llorente se han metido en un callejón sin salida porque los plazos ya se han acabado. Está escrito aquí que el delantero no podía llegar a la competición sin resolver su situación. Lo hizo y el resultado fue lo que ocurrió en el partido contra el Slaven, algo que era perfectamente previsible para cualquiera conocedor de la idiosincrasia del Athletic y de su afición. Ahora, hasta el propio Llorente sabe que no se puede presentar en San Mamés en una segunda ocasión en las mismas circunstancias. Su situación es sencillamente insostenible. En este sentido iría el hecho de que el Athletic haya apremiado al jugador a dar una respuesta.
Pero también el club se encuentra en una tesitura endiablada. Hace tiempo que Urrutia advirtió que el Athletic ya estaba haciendo el esfuerzo que considera más que suficiente para renovar al jugador y que ya había pronunciado su última palabra. No puede -ni debe- añadir un solo euro a su última oferta, porque es su responsabilidad mantener el equilibrio presupuestario y minimizar los agravios comparativos. Pero si el jugador no termina aceptando el club tendrá que improvisar un plan alternativo sobre la marcha de los acontecimientos. Y no cabe exigirle que lo tenga estudiado porque no depende solo de él.
La voz de pueblo, tan airada y aficionada a sentenciar sin pruebas ni testificales, se divide entre los que claman por vender a Llorente al mejor postor y al precio que sea, y los que exigen una especie de condena ejemplarizante en forma de reclusión del jugador en la grada durante diez meses y un día.
Para que se cumpla el primero de los supuestos tendría que haber al menos un postor, lo que no será difícil si el mercado sabe que el Athletic pone a Llorente a precio de saldo. Caben bastantes dudas, y muy razonables, sobre el verdadero potencial del delantero para los equipos de la élite europea, pero es obvio que a precio reducido es un jugador interesante. El efecto derivado de una operación de este tipo es que el Athletic estaría proclamando urbi et orbi que lo de la inflexibilidad de sus cláusulas de rescisión no es para tanto porque en el fondo solo es cuestión de esperar para que se abra el tiempo de las rebajas. Si se da por buena la historia de la Juventus y sus veinte millones, cabe preguntarse si verdaderamente los de Turín están tan desesperados como para pagar esa cantidad por un jugador que queda libre el año que viene. Por si alguien ha perdido la perspectiva, hablamos de 3.327 millones de pesetas, aproximadamente un tercio del presupuesto anual del Athletic. Pero, por otra parte, si alguien ha calculado que veinte millones podría ser una cifra aceptable por Ibaigane a estas alturas ¿por qué no quince la semana que viene o cinco un poco más adelante?. Al fin y al cabo hablamos de un modus operandi.
La posibilidad de la condena a la grada durante una temporada entera al que algunos sectores otorgan un valor ejemplarizante muy saludable, tiene también sus inconvenientes, empezando por el económico. Tendría que contar además con el visto bueno del entrenador, y por último, last but not least, habría que comprobar el efecto que causaría en la plantilla la presencia continuada de un doliente compañero así castigado. Los defensores de esta especie de ojo por ojo harían bien en observar las altísimas cotas de solidaridad gremial que puede alcanzar un colectivo tan individualista y egoista como el balompédico, en determinadas circunstancias.
El Athletic juega mañana un partido muy importante en Croacia y la institución se ha embarcado junto con otras doce entidades en un proceso que a medio o largo plazo podría modificar el actual estado de cosas del fútbol profesional, pero estos son asuntos menores cuando dicen que la Juventus viene con veinte millones de euros, aunque ellos quizá ni lo sepan.
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