miércoles, 19 de septiembre de 2012

Bielsa hace una apuesta por la normalidad

Castillo sustituirá a Iñigo Pérez en el lateral izquierdo y el resto de la alineación inicial contra el Hapoel Kiryat será la misma que empezó el partido contra el Espanyol el pasado domingo. Marcelo Bielsa se ha decidido por la solución más lógica en teoría, huyendo de cualquier extravagancia, es decir, la de asignar la posición en el lado izquierdo de la defensa al único especialista con que cuenta en la plantilla. Ya hubo suficientes extravagancias en Cornellá, como el propio técnico ha venido a reconocer.
No es Castillo un jugador en el que Marcelo Bielsa haya depositado demasiada confianza. Se diría que ha buscado cualquier alternativa antes que la de contar con él como titular. El Athletic ha llegado a jugar sin lateral izquierdo bastantes minutos de al menos tres partidos. Así que cabe interpretar su elección ahora como una alternativa para buscar el equilibrio defensivo que le viene faltando al equipo en este inicio de temporada. Bien es cierto que hasta el partido del domingo el Athletic solo ha podido contar con uno de los cuatro defensas titulares de la temporada pasada, Iraola. Sin Javi Martínez, Amorebieta ni Aurtentxe, el entrenador ha reconstruido la línea transformando centrocampistas en defensas. Gurpegui está ocupando la vacante de Martínez, Iñigo Pérez ha venido siendo el lateral izquierdo contra viento y marea y San José, Ekiza e Iturraspe se han turnado para completar la pareja de centrales.
El regreso de Amorebieta el pasado domingo alivió un tanto la situación, aunque el partido se le hiciera muy largo, cosa lógica tras su operación. La inclusión ahora de otro especialista como Castillo completa una línea que ya puede empezar a ser reconocible con un dibujo estable los noventa minutos.
La debilidad de su defensa ha dislocado al Athletic arrastrando al centro del campo. El sistema de Bielsa se basa fundamentamente en la posesión del balón y eso requiere acumular mucho talento y piernas frescas en la zona ancha; ambas cosas han faltado en estos partidos salvo algunos ratos en los que el equipo ha recordado, aunque sea vagamente, al del año pasado. Iturraspe es el pilar sobre el que descansa el entramado y el de Abadiño se ha visto obligado a jugar de central y hasta prácticamente de lateral derecho en el segundo tiempo contra el Espanyol. No es extraño que el equipo se derrumbe. si para colmo, el único defensa titular acaba de centrocampista como lo fue Iraola el domingo.
Tampoco De Marcos está siendo el jugador que llegaba a todo del año pasado. Corre y aparece por todas partes, pero apenas dispone de balón porque no hay claridad en los pases. Muniain está lejos de su mejor momento aunque no se le puede reprochar que no se entregue hasta el límite de sus fuerzas; falta Herrera, el complemento de Iturraspe veinte metros más adelante. Y el Athletic acusa todo eso.
Los problemas que sufre el equipo en este arranque de temporada se parecen mucho a los que padeció en el inicio del pasado curso. Bielsa propone un sistema muy atractivo que permite llegadas masivas al área contraria pero que deja las espaldas descubiertas al equipo. Cualquier jugada no acabada, no digamos ya una pérdida de balón en el centro del campo, se convierte en ocasión para el rival. Hay que ser muy precisos en el pase y correr mucho para que la máquina funcione. Lo hizo de maravilla al año pasado y no hay razón para temer que no lo vaya a hacer este curso. Será cuestión de tiempo afinar el engranaje, pero la operación será más sencilla si se deja en manos de especialistas. Los defensas atrás, los creadores en medio y los goleadores delante, como toda la vida; zapatero a tus zapatos, pese a que a Bielsa le priven los futbolistas polivalentes, capaces de jugar en cuatro sitios distintos, porque le permiten mover las fichas sobre la marcha.
A tenor de la alineación anunciada por el entrenador, parece evidente que sobre el césped imperará el sentido común que se pide a la grada. "El fútbol estará por encima de todas estas cuestiones", zanjó Bielsa cuando se le inquirió por lo que espera que ocurra con un Llorente que esperará turno en el banquillo, aunque con muchas posibilidades de ingresar en el terreno sea cual sea el desarrollo del partido: si el Athletic lo domina, para dar descanso a Aduriz, a quien nadie discute la titularidad hoy por hoy; si las cosas van mal, como solución táctica de urgencia, formando con doble delantero, algo que nunca ha gustado a Bielsa, aunque ahora reconoce que podría ser un recurso en determinadas circunstancias.
La competición europea vuelve a San Mamés con un partido en el que lo circunstancial está pesando más que lo esencial. Se habla más de política internacional y del recibimiento a Llorente que del desconocido Hapoel Kiryat. Se supone que, como dice Bielsa, cuando llegue la hora de la verdad, el fútbol recuperará todo el protagonismo.
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