lunes, 16 de julio de 2012

Un año con Bielsa

Hace algo más de un año, el 13 de julio, llegó Marcelo Bielsa a Lezama. Dos días después, el 15, dirigió su primer entrenamiento sobre el terreno en el campo de La Oliva, lugar de concentración de los leones entonces. Han pasado doce meses desde que el técnico recaló en el Athletic de la mano de Josu Urrutia. También hace un año, e incluso más, la polémica, interesada, acompañó los primeros pasos del rosarino como rojiblanco. Durante la campaña electoral se llegó a poner incluso en duda que Marcelo Bielsa se hubiera comprometido con la candidatura de Urrutia, hasta el punto de que el equipo del futuro presidente tuvo que improvisar una accidentada presentación a través de videoconferencia, donde el entrenador explicó el trabajo que ya había adelantado en cuanto a conocimiento de los que serían sus pupilos. Celebradas las elecciones el día 7 de julio y proclamada vencedora la candidatura de Urrutia, no acabó la inquietud en torno al técnico, que tardó seis días en llegar a Lezama, tiempo suficiente para que no faltaran las más disparatadas conjeturas. Luego llegaron los descartes, la segregación del grupo de los jugadores con los que el entrenador no contaba y el consiguiente incidente con mediación de la AFE incluida. No, no se puede decir que lo que rodea a Bielsa tenga mucho que ver con la rutina porque doce meses después, justo cuando se cumplía el año de la victoria electoral de Urrutia, estalló el ya famoso lío de las obras que, afortunadamente parece reconducido y en vías de solución, aunque esté haciendo falta doblar los turnos de trabajo.
Pero al margen de algún recalcitrante, que los hay, la opinión generalizada coincide en que el año pasado con Bielsa es una de las mejores cosas que le han ocurrido al Athletic desde hace muchísimo tiempo. Buena prueba de ello es la sensación de pánico y desolación que se apoderó de la masa social rojiblanca cuando el cruce de declaraciones y notas en torno al follón de las obras hizo temer por la continuidad del argentino al frente del equipo. Nunca antes un entrenador que no ha aportado un solo título a la entidad ha recibido semejante reconocimiento popular. Algo similar ocurrió cuando los tristes sucesos de enero de 1986 pero el protagonista entonces fue un Javier Clemente ganador de dos Ligas, una Copa y una Supercopa, y hombre de la casa desde sus tiempos de futbolista. Ahora estamos hablando de un técnico que hace doce meses no solo no tenía vinculación alguna con el club, sino que su nombre apenas sonaba de oídas a la mayoría de la masa social.
El fútbol del Athletic ha dado un giro copernicano de la mano del entrenador de Rosario y ha recuperado virtudes que fueron santo y seña de la entidad y que llevaban demasiado tiempo relegadas a la condición de leyenda por culpa de un pragmatismo mal entendido y una cada vez más alarmante deriva hacia el conformismo a base de usar las señas de identidad del club como disculpa de mediocres en lugar de hacerlas valer como fortaleza.
De la mano de Bielsa el Athletic ha recuperado el viejo estilo, la fiereza, la ambición, la convicción de que se puede ganar en cualquier escenario y ante cualquier rival. Presionar arriba y llegar cuanto antes al área contraria, confiar en las propias posibilidades, no volver nunca la cara, no refugiarse en un victimismo interesado...son las caracteristicas de siempre que han hecho grande al Athletic y que hemos visto recuperadas este último año. Claro que el juego admite matices y que este equipo no juega como lo hacía el de comienzos de la década de los ochenta; pero tampoco aquel jugaba como lo hacía el de los cincuenta o el de los cuarenta. La lógica adaptación a los tiempos, la adecuación del estilo al perfil de cada grupo de futbolistas es obligada pero no oculta los cimientos donde lleva asentándose todo el entramado a lo largo de más de cien años: orgullo y confianza ciega. La mejor explicación se resume en la anécdota de un histórico rojiblanco, ni mucho menos uno de los más dotados técnicamente, quien cuando el entrenador le confió en la caseta la tarea de marcar a DiStéfano, le respondió: "Que me marque él a mí".
Bielsa ha logrado este año recuperar ese espíritu y la afición lo ha agradecido incluso por encima de los resultados. Era fundamental que el trabajo tuviera continuidad y ahora toca asentar y mejorar lo ya hecho. La exigencia del fútbol tiende siempre a poner el listón un poco más alto cada vez, aunque mejorar lo del año pasado parece prácticamente imposible. Sin embargo el propio técnico ha explicado que cuando reflexionó sobre las dos finales perdidas lo hizo planteándose una disyuntiva: el equipo no da para más o todavía no ha alcanzado su techo y tiene margen de mejora. Eligió la segunda opción y por eso renovó. Hay motivo para ser razonablemente optimistas aunque hay detalles decisivos que siguen sin resolverse. La continuidad de Llorente y de Javi Martínez es fundamental en un proyecto reforzado con la llegada de Aduriz, a la espera del rendimiento de las promesas que vienen desde abajo. No hay noticias del delantero desde que acabó la Eurocopa y su nombre parece haber desaparecido de las agendas de directores deportivos, intermediarios y periodistas. El nombre de moda ahora es Javi Martínez aunque cada día que pasa se refuerza la impresión de que se pronuncia y se escribe porque no hay nada mejor que hacer a la espera de noticias de más calado. Incluso en Barcelona, principal y casi único foco de agitación, se empiezan a leer apelaciones a la sensatez advirtiendo de lo improcedente de pagar por un futbolista una cantidad astronómica en momentos de zozobra económica general. No vendría nada mal que esa apelación a la sensatez encontrara eco en los propios interesados y en sus entornos respectivos.
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1 comentario:

michelle dijo...

Adoz zurekin juancar.
Salvo en el detalle de continuar insistiendo en los rumores. No es bueno dejarse llevar por la masa juancar, ni en los rumores, que daban media plantilla por vendida en primavera, ni en esas alarmas de los que nos veían en champions en otoño y muertos sin bielsa. La masa simplemente aulla sin cabeza. Los rumores son meras mentiras de la prensa, nada más. Hay que vender periodicos y estamos en crisis veraniega.
Tengo el palpito de que Llorente estará renovado antes del primer partido oficial, bueno, el palpito y algo más.
Agur bero bana