lunes, 4 de junio de 2012

Balance de un año para el recuerdo (y IV)

El ataque sigue sigue siendo cosa de Llorente

El ataque del Athletic, y algo más, sigue siendo cosa de Llorente. Marcelo Bielsa ha mejorado muchos aspectos del juego y ha conseguido que el equipo llegue en masa al área rival. Nos hemos habituado a ver seis y hasta siete rojiblancos en disposición de remate en cualquier momento del partido, pero esa ambición no se ha materializado en un reparto de responsabilidades más equilibrado. Si está Llorente las cosas transcurren de otro modo a cuando no está. Su capacidad de intimidación condiciona a las defensas rivales haciéndoles la vida más fácil a sus compañeros. Llorente ejerce de faro que guía al equipo cuando no encuentra salida para el balón a ras de césped, hace de pivote al estilo del balonmano para que el juego de ataque gire a su alrededor y encima mete goles hasta convertirse en el máximo artillero del equipo y en el mejor de la Liga por detrás de los astros extranjeros.
No ha habido novedades en este aspecto tras la llegada del técnico argentino. El peso específico de Llorente en el equipo es tremendo, solo equiparable al que pueden tener Messi o Ronaldo en el Barcelona o el Real Madrid. El Athletic tiene la suerte de contar con un crack de dimensión internacional, pero a la vez sufre el condicionamiento de no disponer de un escalón intermedio entre su figura y el siguiente delantero en el escalafón, tanto en número de goles como en aportación al juego. Llorente ha marcado 29 goles en las tres competiciones. Susaeta es el siguiente realizador con trece tantos, seguido por De Marcos y Muniain, con nueve cada uno. Poco más se puede decir de un futbolista que se ha visto obligado a jugar en más de una ocasión arrastrando problemas físicos, consciente de la trascendencia de su sola presencia. Lo mejor de esta temporada es que, por fin, se ha producido una identificación plena del público con el delantero. Llorente no había sentido hasta este año la cercanía y el cariño de un público que siempre le ha juzgado con una severidad inexplicable cuando lleva años siendo una pieza clave en el esquema del equipo. Otro en su lugar se hubiera ganado un sitio en el corazón de los aficionados aquella lejana noche contra el Zaragoza, cuando una jugada suya sobre la línea de fondo, inverosímil para un futbolista de su corpulencia, le permitió a Yeste marcar un gol que daba tres puntos vitales en la penosa pelea por la salvación. Pero a veces las cosas del fútbol son así. Ha tenido que producirse el riesgo cierto de perder a Llorente para que el público se vuelque con su persona. Nunca es tarde si la dicha es buena.
Markel Susaeta ha sido el segundo goleador del Athletic esta temporada. Su relación con el gol empezó como quien no quiere la cosa en los partidos de la liguilla de la UEL y tuvo continuidad en las otras dos competiciones. Con ser positivo este aspecto, lo mejor ha sido la recuperación de Susaeta para la causa. El de Eibar es otro de los que se acordarán de Bielsa toda la vida. Su trayectoria hasta la presente temporada estaba marcando una peligrosa tendencia hacia la nada. Cuando debutó con Caparrós pareció un futbolista chispeante, algo alocado quizá en la culminación. Con el paso del tiempo, la chispa fue a menos y la obceación en el momento clave, a más. Susaeta se convirtió en el jugador que nunca acababa nada y que siempre equivocaba el último pase. Mal asunto. A la vista de lo ocurrido este año cabe deducir que lo suyo era un problema de confianza, que era la duda de saber si valía o no lo que le condenaba a parecer que no valía. Sus primeros partidos con Bielsa fueron muy parecidos a los últimos con Caparrós. Buenas jugadas que acababan en nada. La continuidad, como en el caso de Iturraspe, obró el milagro. Un día el remate acabó en la red, otro el centro llegaba con ventaja al delantero y el siguiente Susa sorprendía a propios y a extraños y seguramente a él mismo, intentando un globito por encima del portero o un pase de tacón desde la línea de fondo. Su mejor fútbol ha coincidido con los momentos más brillantes del equipo hasta convertirse en un jugador sobre el que no caben dudas. También ha acusado la tralla y en los dos últimos meses ha perdido protagonismo a medida que le empezaba a faltar fuelle.
Se le incluye en este balance en el grupo de los delanteros en consideración a la configuración estandar del equipo, pero en realidad, su papel se ha repartido entre la línea de ataque y el centro del campo, eso sí, pegado siempre a la banda, aunque cueste observar a Susaeta como un extremo tradicional.
La misma consideración merece Muniain, delantero en las alineaciones oficiales, aunque impenitente buscador de balones allá donde se encuentren, muchas veces lejos de la banda a la que le han destinado desde el banquillo. Tras su debut en la 09-10 con fuegos artificiales y banda de música, el de la Txantrea ha ido conociendo la dureza y la dificultad de la máxima categoría. La sorpresa inicial ha dado paso a marcajes estrechos y mucha atención a su persona por parte de los rivales. Su fútbol ha perdido algo de la frescura inicial, pero sigue siendo un futbolista desequilibrante, capaz de armar una revolución en un metro cuadrado. Además ha ganado bastante disciplina táctica y ya no es raro verle echando una mano a su lateral cuando hace falta, aunque no ha perdido la tendencia a hacer la guerra por su cuenta y empeñarse en solucionar problemas colectivos con soluciones individuales.
Bielsa no ha cerrado el debate que abrió Caparrós colocando a Iker pegado a la banda izquierda. Por las características de su fútbol e incluso por su perfil físico, da la impresión de que Muniain debería disfrutar de más libertad de movimientos para merodear con más frecuencia la media luna del área. Bielsa le ha colocado ahí en algunos partidos pero, en general, ha coincidido con la idea de su predecesor en el banquillo situándole en la banda izquierda. En la memoria queda el gol que marcó en Old Trafford llegando a un balón imposible tras una carrera de treinta metros en el minuto 90. Empezó a perder gas antes que sus compañeros y en el tramo final del curso ha rendido muy por debajo del que debe ser su nivel. Sigue entrando en guerras que no le convienen ni con los rivales ni con los árbitros, pero no hay que olvidar que solo tiene diecinueve años y ya ha superado de largo el centenar de partidos en la élite. El paso del tiempo y algunos buenos consejos deberían ser suficientes para corregir esas cosas.
En el lado contrario a los Susaeta, De Marcos o Iturraspe, encontramos a Toquero. Aparte de los descartados, ha sido probablemente el más damnificado por la llegada de Bielsa. Se ha llegado a decir incluso que en un primer momento, también figuró en la lista de descartados y que solo la presión del director técnico, que apeló al carisma del jugador ante el público, hizo rectificar al de Rosario. Difícil de creer aunque no imposible que sucediera así.
El de Toquero es un caso ciertamente peculiar. Se ha ganado la estima del público por su derroche físico y la entrega de la que hace gala cada minuto de los que está sobre el césped. Limitadísimo en lo técnico, sorprende no obstante con un par de virtudes. Tiene un centro en carrera más que estimable y un remate al primer toque que le ha dado goles meritorios. El taconazo ante el Albacete lo dejamos en el capítulo de lo extrasensorial. Ha rendido más en la banda derecha que cuando ha sustituido a Llorente como referencia den el eje del ataque, algo lógico dadas sus características.
El fútbol que exige Bielsa, con mucho toque y manejo de balón, ha desnudado, más si cabe, lo tosco del juego de Toquero. La propuesta de Caparrós le venía mucho mejor en este aspecto. En muchas de las ocasiones en las que ha salido a jugar esta temporada ha tenido que desempeñar el papel de patito feo en medio de un ballet de cisnes. El balón perdía esfericidad cuando pasaba por su botas, pero eso no ha impedido que su aportación haya terminado siendo relevante.
El suyo es además un caso palmario de mejora continua. Si la imagen de patito feo fue evidente en las primeras ocasiones, poco a poco, se fue difuminando hasta confundirse con el resto de sus compañeros. El gran mérito de Toquero es precisamente su claridad de ideas. El es quien mejor sabe quien es, dónde está y a qué puede aspirar. Y desde ese conocimiento de sus limitaciones se aplica a paliarlas aplicando sus virtudes. Nunca un futbolista menos dotado disfrutó de tanto cariño de la afición, capaz de perdonarle lo que a otros no se le pasa por la cabeza consentir. La grada ha colocado en un lado de la balanza la calidad futbolistíca de Toquero y en el otro su entrega incondicional y ha sentenciado según la doctrina Boskovita: "Toquero es lo que es". Ni más ni menos.
A pesar del cariño de la afición lo tendrá cada vez más difícil mientras siga Bielsa y, sobre todo, si el Athletic consigue reforzarse finalmente en esa línea. De momento, un recién llegado como Ibai Gómez ya le ha adelantado por al derecha. Tampoco es que el chaval haya deslumbrado, pero apunta cosas interesantes como un estimable golpeo tanto a balón parado con en juego, su gol ante el Schalke 04 fue un tanto de calidad, además de bastante desparpajo a la hora de intentarlo en la jugada individual. Bielsa parece dispuesto a darle una oportunidad. Su alineación como titular nada menos que en la final de Copa así lo demuestra. Estamos ante otro futbolista de orígen humilde, rescatado de la Segunda B, que sabe que está ante la oportunidad de su vida y ese ya es un paso importante en su carrera. La próxima temporada será clave para definir su futuro.
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3 comentarios:

michelle dijo...

Juancar, tu análisis cae por su peso, te imaginas al atletico sin FALCAO???? has visto este año al valencia sin SOLDADO???? el utd sin ROONEY???? al bayern sin MARIO???? es que eso es lo normal, un equipo sin su estrella goleadora baja y siempre es irremplazable, salvo para los conjuntos que no tienen estrella goleadora....
una cosa tengo segura, BIELSA jamás alineará a dos puntas, ergo no debemos fitxar a ningún delantero, ese puesto debemos rellenarlo con cantera.
Y aprovecho para asaltar tu confianza e introducir una piedra discordante y poco educada en tu casa: quien demonios es el imbécil y el sinvergüenza que está alimentando la idea de que GRIEZMANN es fitxable???? que bielsa no tenga ni idea de los que significa el athletic puede tolerarse; pero que alguien relacionado con el club haga este tipo de movimientos es asqueroso.
No somos pocos los que no amos a permitirlo.

Juan Carlos Latxaga dijo...

No, yo tampoco creo que Griezmann puede jugar en el Athletic. Afortunadamente, la cláusula de la Real lo impedirá. Pero empiezan a ser preocupantes algunas interpretaciones ventajistas de la mal llamada 'filosofía'.

michelle dijo...

Es que ya sabemos que en los últimos años se han colado un par d e excepciones, pero no dejaban de ser la casualidad cuántica del sitema. Esta en concreto ya anularía toda la filosofía de un plumazo, un extranjero DECLARADO, y URRUTIA no dice nada????????