martes, 12 de junio de 2012

Ahora empieza la Eurocopa

Completada la primera jornada de la Eurocopa la sensación general es que se ha visto poco fútbol y demasiada precaución en esos ochos primeros partidos. Los marcadores dicen que se han registrado tres empates, tres victorias por la mínima y dos resultados contundentes. Tampoco está tan mal cuando estamos ante unos partidos en los que todo el mundo sabe que la victoria abre el camino del éxito pero que el no perder cierra las puertas a un fracaso prematuro. Suele ser la obsesión de todos en los estrenos en este tipo de competiciones, bien sea Mundial o Eurocopa: entrar con buen pie, no perder si es que no se puede ganar, mantener las posibilidades intactas mientras el equipo le toma el pulso a la competición.
Estamos ante unos jugadores que, en general, han acabado sus competiciones domésticas jugándose cosas importantes, títulos o clasificaciones europeas cuando menos, que se han exprimido al máximo en calendarios que empiezan a ser inabarcables, que han viajado de aquí para allá y que desde que empezaron en agosto han estado enfrascados en un régimen de dos partidos por semana, cuando menos. Han tenido unos pocos días de vacaciones para tomar aliento, restañar heridas y recuperar unos músculos al límite del agotamiento. Y de nuevo, han vuelto a empezar una pequeña pretemporada para habituarse a los sistemas de sus respectivas selecciones, que no suelen coincidir muchas veces con los que practican sus equipos de origen.
Es lógico que con todas estas circunstancias, el partido de entrada en la competición sea un asunto ciertamente delicado, un test en el que se ponen a prueba las fuerzas propias, pero también las del contrario, puesto que nadie sabe a ciencia cierta en qué condiciones llega cada uno, no solo físicas sino también de juego.
Los equipos están ante una liguilla de nueve puntos en la que puede ocurrir de todo. Si se repasa la historia de estas competiciones se pueden encontrar equipos que se han clasificado con tres puntos y equipos eliminados con cuatro; selecciones que se fueron a casa sin perder un solo partido y otras que pasaron a la siguiente fase sin pasar del empate. Por eso es tan importante superar la primera jornada dejando las puertas abiertas a todas las posibilidades.
En este caso Irlanda y Chequia han sido los que peor lo han hecho. Sus derrotas por 3-1 y 4-1 les colocan en la situación más complicada puesto que a los cero puntos les tienen que sumar un buen número de goles en contra que juegan contra sus intereses. En el lado contrario están los dos equipos que les han ganado, Croacia y Rusia. Por una mera cuestión de calendario, Rusia podría ser la primera selección en asegurar su clasificación si gana hoy a Polonia. Incluso el empate le podria valer para hacer cuentas de cara a la última jornada. Claro que ganar a uno de los anfitriones no parece tarea sencilla, máxime cuando la victoria colocaría también a los polacos en la rampa hacia los octavos de final.
De los que han perdido por la mínima Holanda es probablemente la más afectada, por lo imprevisto de su situación. Si de por sí el grupo que forma con Dinamarca, Alemania y Portugal es el más igualado, su inesperado fracaso ante los daneses le sitúa en una posición complicadísima porque está obligada a ganar por lo menos uno de los dos partidos que le quedan y no perder el otro como mínimo. La Portugal de Ronaldo se encuentra en la misma tesitura, aunque en su caso perder contra Alemania podía entrar en los cálculos, siempre y cuando el pronóstico se cumpliera en su choque ante Dinamarca y sumara los tres puntos. El Holanda-Portugal de la última jornada se anuncia explosivo.
El empate entre Italia y España puede considerarse un resultado no demasiado malo para ambos, siempre que plasmen sobre el césped la superioridad que se les supone sobre Croacia e Irlanda. La suya fue una de esas igualadas preventivas que se dan en las primeras jornadas. Si no puedes ganar, mejor asegurar al menos un punto que apoye futuros mejores resultados. Habrá que ver, sin embargo, lo que da de sí Croacia, un equipo competitivo capaz de crear problemas a un rival superior a poco que éste tenga un día un poco espeso. Al grupo de Del Bosque le viene bien que el segundo partido sea contra la más asequible Irlanda para llegar a la última jornada con el panorama más despejado.
Algo parecido puede decirse de Inglaterra y Francia, protagonistas de un empate que mantiene sus posibilidades intactas pero les obliga a no fallar ante Suecia ni ante Ucrania, que juega en casa y estará crecido por su victoria ante los suecos.
Con la segunda jornada llegan los partidos en los que la liguilla se empieza a parecer a la Copa por el carácter decisivo de cada choque. Los que perdieron la primera jornada no tienen margen para un nuevo error, los que ganaron pueden amarrar su clasificación; los que empataron tienen que decir ya qué quieren ser de mayores.
Es verdad que no ha habido mucho fútbol en la primera jornada, ni tampoco grandes novedades ni sorpresas; tampoco se han registrado decepciones. Ahora, hoy mismo, empezará a subir la temperatura e incluso aunque no se vea mucho fútbol, la emoción incrementará el interés por los partidos. Cuesta entrar en una competición de este tipo y hasta los aficionados parecen un tanto despistados en estos primeros compases. Pero ya ha llegado el momento de entrar en materia. Ahora empieza la Eurocopa.
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