jueves, 31 de mayo de 2012

Balance de un año para el recuerdo (II)

Un sistema defensivo con sorpresa y debate

Los laterales son pieza clave en el sistema de Bielsa por su aportación al juego ofensivo del equipo. El técnico rosarino busca provocar el desconcierto en las filas rivales con incorporaciones constantes por las bandas, que aportan superioridad numérica en el centro del campo y soluciones atacantes siempre que prolonguen la carrera prácticamente hasta el banderín de corner. Le costó a Bielsa encontrar a sus jugadores ideales para ocupar posiciones tan vitales, y queda la impresión de que después de sesenta y tres partidos, todavía no está del todo conforme con lo que ha visto.
Empezó la temporada con debate. Descartó a Koikili, que no ha jugado un solo minuto pese a que ha habido partidos en los que Bielsa ha tenido que improvisar un lateral izquierdo, y apartó de la titularidad en la banda derecha a Iraola, para concedérsela a Gurpegui. En el lado izquierdo Castillo pareció el elegido en un primer momento aunque al caer lesionado, finalmente ha sido el joven Aurtenetxe el que ha asumido la responsabilidad convirtiéndose en uno de los más habituales con treinta partidos de Liga como titular, la Copa al completo y trece de los dieciseis partidos de la UEL en el once inicial.Una buena marca para un cuasi debutante que despuntó como central en las categorías inferiores. Se le nota la querencia y la falta de recursos en la banda, pero en general puede decirse que ha cumplido en la medida de sus posibilidades y de su juventud. Por la derecha, Iraola recuperó el sitio antes incluso de que Gurpegui sufriera la gravísima lesión que le ha mantenido apartado prácticamente toda la temporada. El internacional superó el trance y poco a poco recuperó su mejor nivel, aunque en el tramo final ha tenido que sufrir lo suyo, víctima de unos problemas en el pubis que han terminado de apartarle de la Eurocopa.
De Marcos ha sido el comodín al que Bielsa ha recurrido para ocupar cualquiera de los dos laterales, unas veces por pura necesidad y otras como alternativa táctica, pero el alavés ha brillado sobre todo en el centro del campo. Iñigo Pérez ha sido otro de los recursos de emergencia para la banda izquierda con suerte dispar puesto que tampoco es un especialista en la posición, lo que ha puesto de manifiesto dos cosas: las carencias de la plantilla rojiblanca, descompensada en algunas posiciones, y la tendencia de Bielsa a buscar la polivalencia de sus jugadores de forma que de una plantilla muy corta puede extraer equipos de diversas configuraciones con solo mover a dos o tres hombres de sitio.
Pero no fueron las dudas en los laterales los únicos motivos para la discusión que planteó Bielsa en el arranque de la temporada. Fue el eje de la línea donde la aportación del técnico se puso de manifiesto con la presencia de Javi Martínez como segundo central formando pareja con Amorebieta. La posición del de Aiegi provocó el primer gran debate en torno a los sistemas de Bielsa. Javi Martínez había brillado como medio centro desde su llegada al Athletic, posición desde la que alcanzó la internacionalidad absoluta y el Mundial de Sudáfrica. Todavia hoy se discute sobre cuál es la posición donde mejor se desenvuelve un jugador que puede rendir al más alto nivel tanto como central como de medio centro, o incluso en la media punta, sitio que ocupaba en Osasuna cuando el Athletic se fijó en él siendo todavía casi un juvenil. Javi Martínez es lo que los ingleses denominan un box to box, un jugador capaz de rendir a gran nivel prácticamente en todo el campo. Sin embargo, lo que espera Bielsa de Javi lo ofrece mejor desde el eje de la defensa. Con el sistema de Caparrós, la función del navarro era barrer el centro del campo y aportar su poderío físico a base de arrancadas. Bielsa prefiere que se limite a destruir más atrás dejando la conducción y la creación para otros. Prefiere a Iturraspe en la antigua posición de Javi por su mejor criterio a la hora de sacar el balón.
Puede decirse que Javi Martínez ha rayado a gran altura en su nueva posición. De hecho es muy probable que Del Bosque le utilice en ese puesto en la Eurocopa. Como todo el equipo, ha tenido sus altibajos, pero en líneas generales ha respondido a plena satisfacción aunque, como otros, ha fallado en los momentos clave, como han sido las dos finales. El Athletic ha ganado un gran central y sigue disponiendo de un gran centrocampista si la ocasión lo requiere. Ha formado una excelente pareja con Amorebieta, uno de los jugadores a los que más ha beneficiado la llegada de Bielsa. El internacional por Venezuela ha ofrecido esta temporada su mejor perfil desde que llegó al primer equipo. Se le ha visto muy centrado, midiendo su poderío físico en las disputas, muy concentrado en los marcajes y con mucha fortaleza en el juego aéreo en las dos áreas. Le ha venido bien su compromiso con Venezuela y el buen nivel que ha alcanzado en aquella selección y le ha venido bien, sobre todo, Bielsa. Ha sentado la cabeza, se ha encontrado a sí mismo y parece que ya ha decidido lo que quiere ser de mayor: un central de largo recorrido en el Athletic.
Si Amorebieta ha sido uno de los grandes beneficiados por la llegada del argentino, Ekiza y San José han resultado visiblemente damnificados. El primero fue la gran revelación en el tramo final de la pasada temporada, pero no ha podido darle continuidad a su trayectoria en la que acaba de finalizar. Tampoco San José ha terminado de convencer a Bielsa, aunque en la primera fase del curso le eligió como el primer relevo para el tandem titular por su calidad con el balón en los pies. Pero Ekiza acabó comiéndole el terreno, sobre todo a raíz de una buena actuación en el Campo Nou donde sacó a relucir su velocidad y contundencia. Pero no ha sido el del año pasado ni de lejos. Aquel central que acabó con su cuenta de sanciones a cero ha visto este año cinco tarjetas amarillas y una roja, todas por llegar a destiempo, por pura impotencia. No les han sobrado las oportunidades ni a Ekiza ni a San José  por el nulo interés del técnico en las tan traídas y llevadas rotaciones. Con Iñigo Pérez son los que menos partidos han jugado de entre los quince jugadores con los más ha contado el técnico.
El portero es el último hombre o el primero, según se mire, del sistema defensivo de un equipo. Gorka Iraizoz está condenado a vivir no ya bajo la lupa, sino en el porta del microscopio que detecta y amplifica el mínimo fallo. A lo largo de la temporada ha sido el portero de siempre, el que alterna intervenciones excelentes y plenas de reflejos bajo los palos con fallos y dudas en cuanto tiene que abandonar el área pequeña. Los balones cruzados son su martirio, como lo son para todos los porteros aunque el público solo ve sufrir al de su equipo. Ha salvado algunos puntos y ha perdido otros, aunque en la memoria colectiva pesan más estos que aquellos. También ha mantenido al equipo de pie en algunos momentos comprometidos de la competición europea, pero esos suelen ser detalles condenados al olvido, pinceladas de calidad que desaparecen bajo el trazo grueso del error de bulto. La llegada de Bielsa le ha complicado la vida a Iraizoz puesto que se ve obligado a jugar más con los pies y a participar del juego colectivo colaborando en facilitar la salida del balón. Y el juego con los pies es, con diferencia, su punto más débil, un inconveniente grave en un fútbol que cada vez exige a los porteros bastantes más cosas que parar balones. Su falta de progreso en esta faceta siembra una duda más que razonable sobre el trabajo que ha venido haciendo en Lezama. Cinco años después de su llegada, no se advierten progresos. Al portero del Athletic parece costarle además interpretar cada momento del partido y más de una vez se le ha visto con un criterio errático a la hora de imprimir velocidad o tratar de parar el juego, según fuera lo más conveniente para el equipo. El técnico le ha otorgado toda la confianza, puesto que solo ha concedido dos oportunidades a Raúl, una en la Liga y otra en la UEL. Echando un vistazo a la nomina de porteros en activo no se ve a ninguno que sea ostensiblemente mejor que Iraizoz. Que en San Mamés se siga añorando a Zubizarreta o incluso a Iribar, es otra cuestión.
El Athletic ha encajado 81 goles en 63 partidos, 1,2 por encuentro. 52 en los 38 partidos de Liga, 1,3 de promedio; 6 en los 9 de Copa, 0,6 de media; y 23 en los 16 de la UEL, 1,4 por partido.
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3 comentarios:

Txusi dijo...

Sigo creyendo, que si mañana saltaran al verde a jugar Iríbar o Zubi, recibirían palos a diestro y siniestro igualmente.

Es una de las fijaciones preferidas de la afición.

michelle dijo...

Nuevamente felicidades por el análisis ecuanime y equilibrado. De acuerdo en todas las soluciones tácticas de bielsa, en ese sentido ha demostrado-- algunos ya lo sabiamos-- ser uno de los mejores del mundo, no quiero reincidir más en el aspecto donde no me convence.
Totalmente acertada la postura de TXUSI. Aquí expulsamos a un portero mejor como dani de modo vergonzoso, vendiéndonos como estrella a uno peor.... y ahora también lo ponemos a parir por no ser quien nos inventamos. Pobre raul si le toca sucederlo, bueno es esa exigencia de San Mames que por otro lado es positiva. Ya la querrían los vecinos por ejemplo.
Vas a abrir un apartado de futuribles, no quizás nombres, sino posiciones juancar????

Juan Carlos Latxaga dijo...

Yo también estoy con Txusi. Si jugaran Iribar o Zubi la gente diría que no paran un penalti. (que tampoco los paraban)
Michelle, lo de los futuribles es siempre terreno resbaladizo, pero bueno, un vistazo al futuro también habría que echar