domingo, 8 de abril de 2012

El Athletic y la teoría del perpetuum mobile

En el frontispicio del ideario futbolístico de Bielsa figura su obsesión por el movimiento perpetuo. "En el fútbol no existe circunstancia alguna, no existe motivo alguno para que un jugador esté parado en la cancha. A cualquier jugador, y en cualquier circunstancia, le encuentro motivo para estar corriendo", asegura el técnico. La frase bien merecería ser colocada en un lugar preferente de San Mamés en edición mármol. A fin de cuentas, si se pueden leer en el antepalco las palabras que les dedicó a los leones el Papa Pío XII cuando le visitaron en el Vaticano, no hay razón para no encargar a un maestro del cincel la reproducción del aserto de un entrenador que está haciendo historia en el Athletic.
Marcelo Bielsa está a punto de conseguir lo que no ha alcanzado la legión de científicos chiflados que, desde el gran Leonardo, se ha dejado las pestañas tratando de dar con la máquina del movimiento perpetuo. El de Rosario ha logrado un prototipo muy acabado en este Athletic que no encuentra motivo alguno para pararse durante los noventa minutos que dura un partido. Lo suyo es moverse continuamente, arriba y abajo, a derecha e izquierda, en oleadas fuera de control o en secuencias de tiempo perfectamente pautadas. Sin descanso, una y otra vez y vuelta a empezar. El rival empieza siguiéndole la corriente y acaba hecho pedacitos, sin ver el momento de que acabe la tortura. Al Sevilla le ocurrió lo que a tantos otros que se han puesto a correr en San Mamés persiguiendo a los rojiblancos. Empezaron con suficiencia, siguieron abriendo la boca y acabaron echando los bofes. Como esta vez no tuvieron la suerte de que el Athletic se suicidara en el último minuto, pueden darse por satisfechos por salir de la catedral con una derrota mínima, que aparenta una igualdad que no existió salvo en los minutos iniciales del partido.
Marcelo Bielsa ha debido de reflexionar después de lo que le ha ocurrido al equipo en tantas ocasiones este año. Amarrar el resultado y cerrar el partido no está reñido con su idea del fútbol, así que ante el Sevilla optó por reforzar la barrera ante Iraizoz llegando a colocar hasta a tres centrales, San José, Ekiza y Amorebieta, en el tramo final del partido. Antes, cuando San José e Ibai sustituyeron a Herrera y De Marcos, el defensa se situó por delante de la línea de zagueros, en la posición de medio centro que había ocupado hasta entonces Iturraspe, que se adelantó unos metros para ocupar el hueco que había dejado De Marcos con su marcha. En el tramo final, sin embargo, hubo repliegue general, con San José haciendo línea con los dos centrales titulares e Iturraspe de nuevo en su sitio. Fue una buena solución porque el Sevilla no vio la manera de superar esa barrera.
También Ander Herrera ha debido de reflexionar, sobre todo después de su prematura sustitución ante el Schalke 04. Frente al cuadro andaluz, Herrera se pareció muchísimo más a aquel futbolista de talento del comienzo de la temporada, sin caer en la tentación de la frivolidad, buscando siempre al compañero mejor situado y tratando de sorprender con el pase genial y arriesgado, pero en terrenos donde se hace daño al rival y no al equipo propio. No hubo rastro de pubialgia mientras estuvo en el campo, aunque la procesión, sin duda, fuera por dentro.
No era la visita del Sevilla de Michel la más agradable para un Athletic que se había pegado una paliza tremenda el jueves europeo, pero los leones la solventaron con un fútbol que a ratos rozó lo genial, sobre todo cuando se encontraron los jugadores de la banda derecha.
Recuperado Iturraspe, el equipo tuvo más claridad en la salida del balón y la pausa imprescindible para romper a un rival enrachado que cuenta con futbolistas de mucho oficio. Los leones ganaron los duelos individuales y el colectivo. El citado Iturraspe pudo con el poderoso Kanoute y el recuperado para la causa, Ekiza, no dio tregua a Negredo hasta acabar anulando al peligroso delantero sevillista. En el medio campo Muniain se las tuvo tiesas con un futbolista tan físico como Medel.
Sobre ese entramado fue construyendo el Athletic su superioridad no sin antes sufrir los mejores minutos del Sevilla, que fueron los del arranque del partido. Poco a poco llegaron las ocasiones y si el marcador no se movió antes del descanso fue porque Llorente no acertó en la boca del gol en dos ocasiones, la segunda complicada, pero la primera, de empujar.
Todo lo que falló en el primer tiempo, lo acertó el delantero nada más iniciarse la segunda parte. Fue una jugada por la banda derecha trenzada por varios rojiblancos con paciencia infinita hasta dejar a Susaeta en una posición cómoda para centrar. El inspiradísimo delantero aprovechó la ventaja para poner el balón con precisión en la cabeza de Llorente, que esta vez, no falló.
El gol tranquilizó al Athletic y apuró a un Sevilla que había querido vivir cómodo a la espera de un contragolpe determinante. Nunca llegó esa jugada. Es más, el equipo andaluz ni siquiera consiguió cobrar un remate entre los tres palos y solo pudo amagar un par de tiros lejanos y sin peligro.
Pudo y debió redondear el resultado el Athletic porque sin disponer del chaparrón de ocasiones de otros partidos, sí tuvo las suficientes como para establecer una distancia más acorde con lo que se estaba viendo en el campo. Susaeta se salió en la banda derecha y solo le faltó redondear su gran actuación con un gol que tuvo en sus botas en un par de ocasiones. Iraola llegó con facilidad a posiciones de ataque, Toquero se precipitó en un par de situaciones de ventaja, el poste cortó un remate de San José, Ibai volvió a reivindicarse como un relevo interesante y Amorebieta lució poderío aprovechando que tenía las espaldas muy bien guardadas.
Fue una lástima que la exhibición sobre el césped no tuviera su correlato en el marcador, pero lo importante es que el Athletic regresó a la Liga con mucho fútbol y, lo que es más meritorio, con una condición física que contradice todas las teorías al respecto. Perpetuum mobile, tic-tac, tic-tac, desde el primer minuto hasta el último, generando energía del sudor derramado, sudando a chorros para generar más combustible. Increíble. Espectacular.
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4 comentarios:

Iñaki Murua dijo...

Un par de apuntes. Llorente estaba renqueante, por un golpe en el tobillo, no por su problema anterior. Decía que estaba bien y Marcelo le dijo que corriera más en ese caso. Acabó cambiándolo. Y me pareció que Ander Herrera salía cojeando o andando un poco raro; ¿su forma de andar o es el asunto del pubis?
Ah, de delicatessen algunas combinaciones hoy en la Catedral.
Acabo, Bielsa ha celebrado el triunfo a la entrada de vestuarios.

michelle dijo...

El problema de ANDER se enquista juancar, debe parar. Grandisima noticia la variante de bielsa en la segunda parte con la entrada de san jose.

Juan Carlos Latxaga dijo...

Iñaki, Llorente se hizo daño en una recuperación en el centro del campo. Marcó un golazo de mérito porque el amigo Fazio le ató bastante en corto.
Michelle, a mí me gustó ese arranque de sensatez reforzando la parte de atrás del equipo. Tenemos una gran colección de centrales que además saben jugar en distintas circunstancias y posiciones. Lo de Herrera es una lesión que solo se cura con un descanso muy largo o con quirófano.

michelle dijo...

Por eso mismo. No entiendo que no pare. Recalco lo mismo que tú. No hay equipo en la liga con la riqueza de centrales que tenemos y hay que atesorar variantes tacticas para aprovecharlos. Bien por bielsa.