viernes, 27 de enero de 2012

Fútbol en el patio trasero

Si los estadounidenses consideran Centroamérica como su patio trasero, Vallecas es el patio trasero futbolístico de Madrid. De siempre, las visitas a Madrid han tenido algo especial. Cuando un equipo va a jugar en el Santiago Bernabéu, los jugadores saben que se van a exhibir en un escaparate que concita millones de miradas, los entrenadores se esmeran en dar con la táctica que muestre al mundo su sabiduría, los directivos viajan con la corbata nueva, y algunos aficionados, con los calzoncillos limpios; por si acaso. La visita al Real Madrid es la gran salida de la temporada. Cuanto toca el Manzanares es otra cosa. Sigue siendo Madrid, pero es un Madrid más suburbial, como de Rastro. Y, qué decir de Vallecas. No hay jacuzi en el vestuario de Vallecas, ni ministros en el palco. Tampoco aparece esa fauna peculiar que se suele citar en el palco del Manzanares y sus aledaños. Vallecas es otra cosa. Menos Madrid. El patio trasero. El oropel y las luces del Santiago Bernabéu, quedan muy lejos del campo de la calle Payaso Fofó. Aquí las cosas son más simples y las dimensiones, más humanas. Los porteros, son los porteros de campo de fútbol de toda la vida, con su chaqueta y su gorra de plato, y los de seguridad, son eso, seguratas, no guardias pretorianos a los que hay que pedir perdón y cuadrarse antes de pasar. Si el césped está mal, o muy mal, que seguro que lo estará, es sencillamente porque no puede estar mejor. Y los aficionados no hacen mosaicos ni monerías de esas (en realidad tampoco tienen mucho espacio para hacerlo). Los más ruidosos ondean banderas con la efigie del Ché Guevara, algo tan original en el fútbol español como la propia camiseta del equipo, con su franja roja cruzada.
Los viejos cronistas, los de la época de Felines y Rocamora, solían referirse al Rayo Vallecano como 'el simpático equipo de Vallecas'. Ya se sabe que los equipos simpáticos, por definición, son aquellos que pierden mansamante, sin dar una mala patada. Sus propios aficionados utilizan el diminutivo cariñoso para referirse a su equipo. En los bares de la Avenida de la Albufera el Rayo es el Rayito.
Pero que nadie se llame a engaño, que hace tiempo que el Rayito dejó de ser el simpático equipo de barrio madrileño. Ya lo demostró cuando visitó San Mamés en la primera vuelta. El Athletic está obligado a devolver la moneda y sumar tres puntos que le mantengan en los puestos donde se juegan las cosas de verdad al final de la temporada, pero no lo tendrá fácil. Vallecas no es el campo más cómodo para hacer el juego que quiere Bielsa. El césped estará irregular y el balón se moverá como guiado por control remoto por un chiflado. Lo estrecho del campo permite poner la pelota en el área con un saque de banda, y si el portero tiene un toque medianamente decente, los saques de puerta alcanzan fácilmente el borde del área contraria.
Pero es en esa clase de campos donde se juega la verdad de la Liga. Está muy bien lucirse en el baile de los grandes salones, pero es en el patio trasero donde se juegan los cuartos. Bielsa, argentino a fin y al cabo, conoce bien ese fútbol suburbial, de potrero, donde a la concentración habitual hay que sumarle la necesaria dosis de picardía para saber por dónde te quieren robar la cartera.
Será un partido áspero y peleado, uno de esos encuentros en los que la estética pasa a un segundo plano porque se impone el espíritu industrial. Si los jóvenes leones de Bielsa quieren saber cómo se juega en Vallecas, tienen a quién preguntar. No han sido pocos sus antecesores que han acabado o han pasado alguna temporada en el Rayo; podrían casi formar un equipo completo. Imanol Etxeberria, Oscar Vivanco, Corino, Estibariz, Aiarza, Pizo Gómez, Bolo y Urzaiz fueron en su día jugadores del Rayito, aunque si hay un futbolista vasco al que se le pueda identificar vistiendo la camiseta franjirroja, ese es Imanol Ibarrondo.

EDITADO DESPUES DE LA CONVOCATORIA
Javi Martínez no viaja a Vallecas. Bielsa ha preferido resguardarle al comprobar que arrastra algunas molestias musculares. La ausencia de Javi altera considerablemente el sistema defensivo del equipo, aunque el técnico tiene recursos suficientes para encontrar una solución. Entran en la lista Alvaro Peña y, por fin, Ruiz de Galarreta. Posiblemente no sea ni el mejor escenario ni el mejor rival para un debut, ni tampoco es seguro que lleguen a participar, pero es una buena noticia que los recambios ya estén llamando a la puerta.
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