viernes, 6 de noviembre de 2009

Esperpento en medio del oceáno

El Athletic consiguió en Madeira lo que quería: eliminar al Nacional de la lucha por la calificación. El empate es suficiente para lograr el propósito. Como, además, el Werder Bremen ganó al Austria de Viena, el panorama del grupo es diáfano para los rojiblancos. Un punto en Viena sería suficiente; en caso contrario siempre quedaría el partido en San Mamés contra unos alemanes clasificados desde ayer.
En el partido de Madeira pudimos aprender más cosas, algunas nuevas, otras no tanto, respecto al Athletic en particular y al fútbol en general. Por seguir un orden, convengamos, por ejemplo, que nos enteramos de que los árbitros malos no son patrimonio exclusivo de la Liga española, que en Escocia también los hay, y que los árbitros pueden hacer el ridículo actuando en solitario, en trío o en cuadrilla, como en este invento que están probando en la Europa League. Que William Collum dejara en tarjeta amarilla una entrada por detrás de Pinto a Iraola en el primer tiempo, en una acción que tenía todas las trazas de ser un caso práctico preparado por el Colegio de Árbitros para explicar uno de los supuestos de expulsión directa, explica el tenor del árbitro escocés. La que montó después con la repetición del penalti contra el Athletic, transformado durante unos segunos en falta contra los portugueses, recordó los mejores momentos de tipos tan divertidos en el campo como Andújar Oliver o Brito Arceo, ¡qué tiempos aquellos!.
Aprendimos también que por mucho que creamos que ya le conocemos, todavía nos falta mucho por descubrir de Caparrós, una caja de sorpresas. La sustitución de David López en el minuto 60, justo cuando el ex osasunista estaba jugando mejor, entendiéndose de maravilla con Joseba Etxeberria y dinamitando el costado izquierdo de la defensa portuguesa, constituye una de las decisiones más incomprensibles de este técnico en los últimos tiempos; a la par del asunto de la cesión de San José, por lo menos.
Por último, last but not least, los jugadores del Athletic nos volvieron a obsequiar con una nueva desmostración de, llamémoslo, irresponsabilidad, por no profundizar en la consistencia de su masa neuronal. El esperpento del último cuarto de hora, cuando el Athletic pudo ganar pero también perder y el espectáculo de los últimos cinco minutos encerrados en el área propia a merced de un rival en inferioridad que hasta entonces había dado más pena que miedo, son de su única responsabilidad y no cabe, en este caso, mirar al banquillo buscando culpables. Son los futbolistas que están sobre el césped los que tienen que pararse a pensar cinco segundos sin caer en la histeria, el balonazo donde vaya y la carreras sin sentido ni orientación. Hubiera bastado que los rojiblancos se fijaran en la lección de veteranía que dio durante toda la segunda parte, ésta vez sí, Joseba Etxeberria, con el único lunar de pasarse de listo tirándose en el área cuando encaraba la portería rival con ventaja, bien sea que con el balón en su pierna mala. A lo mejor Joseba erró el cálculo al pensar que el árbitro escocés era tan malo como parecía.
Fue un partido de esos que el castizo define como de ganar con la gorra, y con las manos en los bolsillos, añadiría yo, pero el Athletic lo acabó convirtiendo en otro ejercicio de sudor y taquicardia. Esta vez se lesionó Llorente, lo que constituye una pésima noticia, aunque De Marcos, Etxeberria y David López demostraron que también se puede atacar y hacer daño moviendo el balón a ras de césped. Otra cosa es que Caparrós se fijara. A lo mejor sí, y por eso quitó a López. Vaya usted a saber.

llévame a Menéame Menéame mira lo que se habla en la blogosfera Technorati: Athletic lleva este post a los favoritos de Google GBookmarks: marcar

2 comentarios:

Iñaki Murua dijo...

Solo vi los últimos veinte minutos. ¡Qué locura de final!

A mi me divertía Andújar, no Brito. Actualmente hay bastantes peores que él a mi entender.

Y según mi colegiado de cabecera, penalty claro el de Gorka.

Juan Carlos Latxaga dijo...

O sea, que viste lo más divertido, porque hasta entonces el partido fue bastante muermo. Estoy de acuerdo con tu colegiado de cabecera. Fue penalti, tonto, pero penalti, igual de tonto e igual de claro que el que le hicieron después a De Cerio